-Buenos días.-Thomas alargó la frase como si algo hubiera pasado.-Veo que tienes muy buen despertar.-susurró cuando lo miré con mala cara.
-Thomas, acabo de venir de un secuestro. ¿Qué has hecho?-tapé mi cara con la manta por la inmensa luz que entraba por las ventanas.
-¿Cómo que secuestro?-preguntó confundido.-Tus pesadillas sí que son interesantes.-comenzó a reírse mientras ojeaba uno de mis libros.
-Thomas.-lo llamé para que me tomara enserio.-Literalmente, me acaba de secuestrar una caza vampiros, porque, aparentemente, yo también lo soy.-me estiré con fuerza.-No ha sido ninguna pesadilla, el coche que hay en la entrada lo demuestra.
-¿Me estás diciendo que la noche en la que yo no estoy, te han logrado secuestrar?-preguntó con aires de heroe.-Vaya, si que soy de utilidad.
-Eso es con lo único que te has quedado.-me quejé dándole un pequeño golpe en la cabeza.-Madura.
-Tengo, prácticamente, tu misma edad.
-La madurez no está en la edad.-lo mire por unos segundos, su traje no es que estuviera muy limpio.-Deberías de saberlo.
Me reincorporé, para sentarme en la cama. Su último comentario me obligó a mirarle con cara de pocos amigos. ¿Qué le habría pasado para tener así el traje?
-Vale, perdona.-susurró sin muchas ganas.-¡¿Como que eres una caza vampiros?!-me giré para mirarlo mientras me reía y negaba con la cabeza.
-Eso parece, Thomas.-afirme dudosa.-Igual solo era una loca que quiere matar a todos los vampiros.
-Sigo alucinando con tu vida.-su cuerpo cayó con fuerza encima de mi cama.
-Oye.-que queje con fuerza, ya que había estado a punto de caerme al suelo.-Como rompas mi cama_.
-Agg, cállate. Tienes una cama enorme en un maldito castillo.
-¡¿Qué demonios te ha pasado?!-grité al ver su espalda desprotegida, con algunas quemaduras por el sol.
-Oh, a eso venía.-levantó la cabeza.-Un grupo de vampiros nos atacó al entrar en la guardia.-comenzó a explicar nervioso.-Lograron meter a Daniel, pero yo tuve que separarme para que esos idiotas no se acumularan en la entrada.
-¡¿Me estás diciendo que has dejado a Daniel ahí solo?!-me levanté enseguida.
-Bonito conjunto.-volvió a largar la voz, por lo que mi enfado aumentó.-Tranquila, estará bien. O eso creo.-mis ojos se abrieron más al oír su último susurro.-Estará bien.-alzó su mano restándole importancia.-Se lo he ordenado.
-La realiza también les ordenó que no usaran la toxina y ya sabes como acaba la historia.-me cambie con rapidez de ropa.-Levántate. Vamos a buscarlo.
-¡¿Qué?! ¿Acaso estás loca? Si entras ahí_.
-Llevaré la pulsera.-le obligue a cerrar su boca.-Venga.
-No es tan fácil.-se quejó mientras se levantaba.-Y eso no es lo que más me preocupa.-se acercó hasta donde estaba.-Si tus "amores" se enteran que te he metido ahí adentro, me matan.-comencé a reír al verle bastante preocupado mientras intentaba hacer comillas con sus dedos al nombrarlas.
-Les diremos que yo te lo he ordenado.-guiñé mi ojo derecho para convencerlo.
-No se, no me con_.
-¿Tienes un plan mejor?
-Si algo sale mal, no_.-le interrumpí de nuevo.
-Venga, no tenemos todo el día.-mi mano dio con la suya y tiré de él hacia la puerta.
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Hematófaga
Vampire¿Apocalipsis vampírico? ¿Qué clase de tontearía era esa? ¿Desde cuando existían los vampiros? Y sobre todo, ¿por qué soy su principal objetivo?