Capítulo 27: Una visita innecesaria

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Hacía tiempo que no dedicaba el tiempo de mi vida a tomar el sol. Normalmente, en un apocalipsis no tienes el tiempo suficiente para hacerlo. Pero la situación en la que me encontraba, así lo acreditaba.

Aunque Thomas seguía con su traje y casco, podía notar como lo estaba disfrutando. Era lógico pensar que en sus años como vampiro, nunca había tenido el tiempo necesario para tomar el sol o simplemente no se le había pasado por la cabeza.

Ante nosotros se divisaba como el agua transparente viajaba por la cascada y caía sobre la pequeña piscina natural. Era una escena digna de ver, sobre todo en un apocalipsis en donde los vampiros son los reyes del mundo y en donde tu eres solo un corredor.

– ¿Sabes si Daniel está bien?-le pregunté a Thomas dejando caer mis pies descalzos sobre el agua cristalina.

– Está mejorando.-afirmó tumbándose sobre la tierra mojada a mi lado.-La idea de que sería un buen soldado ha sido respaldada por la guardia.

– O sea, que...-ladeé la cabeza cohibida.-...que no va a ser de esos vampiros.

– No.-se sentó en seguida para mirarme.-Para nada...su voluntad es muy fuerte. Tiene amigos a los que aferrarse.

– ¿Alguna vez has pensado en que te podías haber convertido en ese tipo de vampiros?-chapoteé el agua con mis pies.

– Si te soy sincero...-colocó su mano recubierta por un guante sobre la mía desnuda.-...creo que ningún vampiro con fuerza de voluntad quiere pensar en ello. Es algo difícil.

– Lo entiendo.-apoyé mi cabeza sobre sus piernas.-Es como si te preguntaran si...

– Si alguna vez te has sentido solo.-subió el cristal de su casco para mirarme.-Como si no fueras lo suficiente para ellos.

– Preferiría morirme a convertirme en uno de ellos.

– Los humanos creen que solo hay dos especies de vampiros; los que creen que son Zombies sin cerebro y los que pueden pensar.-acarició mi mejilla.-Pero hay algo mucho peor.

– ¿Hay más?

– ¿Te acuerdas del ataque de hace unas semanas? ¿Cuándo...

– Cuando lo maté.

– Si.-afirmó fuerte.-No me corresponde decirte esto, pero...existe otro tipo de vampiros.-me levanté enseguida ante esa afirmación tan grave.-No me mires así.

– ¿Cómo quieres que te mire cuando me acabas de decir tal cosa? Hasta Lucy me dijo que solo existían esas clases de vampiros.

– No quería darte miedo.-se cayó por unos segundos.-Supongo.

– ¿Miedo? Los vampiros Zombies ya dan miedo.

– Maia, estos vampiros me dan miedo hasta a mi.-lo miré confundida.-Existe una clase de vampiros capaces de anular una parte de sus sentimientos, solo sienten una furia inmensa por la sangre humana.

– Estas describiendo a los que no tienen fuerza de voluntad.

– No.-negó varias veces.-Los que no tienen fuerza de voluntad, actúan por un instinto primitivo.-giró su cabeza hacia la cascada como si quisiera mirar a la nada.-Mientras que los otros, actúan para hacer daño. Su interés más grande es acabar con el mayor número de humanos. Beberán su sangre, si, pero no es su mayor interés.

– Pensaba que nunca me había encontrado con alguno de esos.

– Tenías suerte, yo una vez lo hice. Casi me mata.

– ¿También atacan a los de su misma especie?

– Se creen una especie superior. Pero hay muy pocos, así que se esconden entre nosotros. Y cuando tienen la mínima oportunidad...-chaqueó sus dedos.-...te arrancan la cabeza.

HematófagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora