La noche había sido larga, dura y sobre todo... tediosa. Muy tediosa. Demasiado.
Lucy logró encontrar a todo ser viviente, exceptuando plantas y animales, que se encontraba en el territorio del castillo. Por lo menos, cincuenta soldados, veinte "sirvientes" y tres vampiros que rondaban por el lugar.
Una hora después de su partida, Victoria volvió con toda una horda de vampiros dispuestos a arrancarle la cabeza a quien se les cruzara en el camino. ¿Eran leales? Si, por supuesto. Nadie quería morir a manos de una Fersi y menos sabiendo la locura de Folke Fersi. Porque si, Victoria también volvió con toda su familia...padre, madre y ...hermano. "No he podido evitarlo". Me susurró cuando vio mi cara al darme cuenta de que su hermano también estaba en el recinto.
Casi cien vampiros y todavía no habían encontrado a ni un solo infiltrado.
- Te queda bien.-susurró Thomas antes de entrar al coche.
Y es que Hilaria si que me dió una buena sorpresa: un traje de combate hecho a medida de la mejor tela, una que no había visto en mucho tiempo.
- Gracias.-me giré para verlas mejor.
- ¿Estás segura?-preguntó Victoria mordiéndose el labio inferior.-No tienes por qué hacerlo.
- Con tu hermano aquí no quiero jugármela.-intenté omitir la sonrisa que me mandaba Folke desde la entrada del castillo.-Además, Thomas tiene que ir a por la madre de Lucy.
- Si, pero...¿quedarte con ella?-Hilaria entrecerró los ojos preocupada.-No se si es una buena idea.
- Le dije que entrenaría con ella, si no lo hago vendrá otra vez.-abrí la puerta del coche.-Y nadie quiere eso.
- Ten cuidado, no sabemos de lo que es capaz.-me recuerda Victoria.
- Lo tendré. ¿Quién sabe? Igual le consigo información sobre sus próximos movimientos.
- No abrirá la boca ni aunque le obligues. Siempre ha sido...-Hilaria se quedó un momento callada, intentando buscar la palabra ideal.-...callada en ese tipo de cosas.
- ¿Callada?
- Podría decirse así, si.-ambas se miraron.
- Creo que no quiero saber porque sabéis eso.-ambas se giraron a verme con rapidez.-Cuento con la ventaja de que le caigo bien, así que...podría sonsacarle algunas cosas.
- Le caes bien, pero no creo que sea de ese tipo de bien.-Victoria ahogó una carcajada.-Tu ten cuidado y si ves una mínima sospecha...
- Me voy, si. Me acuerdo del plan.-le corté.
- Bien.-me abrió más la puerta para que entrara dentro.-Nos vemos pronto.
- Ten mucho cuidado.-rodee los ojos ante el comentario de Hilaria.-No me hagas eso.-dijo con sarcasmo.-Nos vemos luego, Maia.
- Hasta luego.-logré despedirme al fin.
- ¿Y qué pasa conmigo?-gritó Thomas haciéndome reír.-¿No se despiden de mí o qué?
- No creo que quieras nuestro tipo de despedidas.-Thomas volvió a ponerse en su asiento en cuanto escuchó el comentario de Victoria.
- ¿Maia? ¿A qué hora tenías que estar allí?-pregunta fingiendo estar nervioso.
- Adiós, Thomas.-se despidieron a la vez.
- Así si.-encendió el motor sonriente.-Gracias.
- Nos vemos luego.-ambas sonrieron antes de cerrar la puerta.
- Que situación más tensa.-comenzó a acelerar.
- ¿Por qué lo dices?-me acomodé en el asiento.
- ¡Oh , vamos! No me digas que no te has dado cuenta.

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Hematófaga
Vampire¿Apocalipsis vampírico? ¿Qué clase de tontearía era esa? ¿Desde cuando existían los vampiros? Y sobre todo, ¿por qué soy su principal objetivo?