-¿Maia?-alguien me llamó mientras abría la puerta.-¿Estás ya preparada?-Lucy se encontraba con su característico maletín en la entrada.
-Más que preparada.-le contesté sentándome en la cama.
Era la verdad, apenas había podido pegar ojo en la noche. Llevaba levantada desde hacía ya unas tres horas, intentando dejar todo en orden y metiendo todas mis cosas en mi mochila.
-No tienes buena cara, Maia.-me dijo sentándose a mi lado.-Esos ojos.-su frase quedó suspendida en el aire. Sus manos se posaron en mis mejillas, examinándome.-Debes de dormir más, por favor.-se veía bastante preocupada.-¿De acuerdo?
-Agg.-cogí sus manos para quitarlas de mi cara.-Lo intentare.-me miró bastante seria.-Te lo prometo.
-Esta bien.-se dio por vencida. Me miró por unos segundos más antes de comenzar a sacar sus cosas del maletín.-Quítate la camiseta, por favor.-hice lo que me dijo y ella empezó a examinarme.-Tiene mejor pinta.-dijo asombrada.-La toxina casi logra matarte.
-Todos habláis de una toxina, pero no tengo ni idea de lo que decís.-me atreví a decirle.
-Cuando todo esto comenzó, la guardia inventó una especie de toxina que mataba a los humanos. La pusieron en los vampiros que no tenían la suficiente fuerza para controlarse.-se calló por unos segundos.-La familia de Hilaria la prohibió hace un año.
-Pues al parecer no le hicieron mucho caso.-le dije mientras me colocaba la camiseta, ya que había terminado.
-Si. A esos guardias no les quedará mucho de vida.-sentenció levantándose de la cama.-Ten mucho cuidado.-se acercó a la puerta.-¿Ya tienes todo listo?
-Si.-le contesté levantándome de la cama.
-Entonces, vamos.-sin más salió de la habitación. Abrí los ojos lo más que pude, cogí mi mochila y salí corriendo de la habitación.-¿Entusiasmada?
-Demasiado.-conteste con una gran sonrisa.
-Te echaré de menos.-bajó su mirada al suelo.
-Siempre podrás venir a verme.-le dije para animarla.-Tenemos una doctora en el grupo, seguro que podríais hablar de algo.
-Me alegra oír que tienes a alguien para tratarte las heridas.-dijo mientras sacaba algo de su maletín.-Toma.-alzó unas cuantas vendas y el típico líquido que te dan para curar heridas.-Se lo iba dar a Thomas, pero me fio más de la doctora que has nombrado.
-Gracias.-tome todas esas cosas y las metí como pude en mi mochila.-Un momento.-pare en seco.-¿Thomas viene conmigo?
-Seré tu guardaespaldas.-dijeron a nuestras espaldas. Thomas se encontraba demasiado sonriente, con unas cuantas bolsas de deporte en sus manos.-¿Pensabas que te ibas a librar de mi tan fácilmente?-llegó a nuestra altura.
-Fue idea de Hilaria.-susurró Lucy cerca de mi oído.
-¿Por qué?-pregunté bajando las escaleras.
-Oye.-se quejó Thomas.
-Solo por si acaso.-contestó Lucy mirando a Hilaria y a Victoria, las cuales se encontraban cerca de la puerta. Los trajes de ambas no pasaban desapercibidos.
-¿Tienes todo?-preguntó Hilaria a Thomas.
-To_todo.-le contestó nervioso.
-Como le pase algo_.-comenzó a decir Victoria, pero Hilaria le cortó colocando su mano en su abdomen, tomándola por sorpresa.
-Tener cuidado.-sentenció Hilaria.
-De_de cuerdo.-les dijo Thomas saliendo por la puerta, no sin antes colocarse su casco.
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Hematófaga
Про вампиров¿Apocalipsis vampírico? ¿Qué clase de tontearía era esa? ¿Desde cuando existían los vampiros? Y sobre todo, ¿por qué soy su principal objetivo?