—ENTONCES, ¿ME VAS A DECIR QUÉ SUCEDE CONTIGO O ME OBLIGARÁS A CHANTAJEARTE?Bufé, pero Carlos me dio un manotazo en las costillas. Concentrado en limpiar la quemadura y colocar un ungüento contra la irritación, el hombre me prohibió hacer movimientos bruscos de estómago por varios minutos.
—No creo que haya dulces con lo que puedas chantajearme por aquí cerca —dije mientras observaba el techo—, pero aprecio el intento.
—Mhm, es cierto. ¿Qué tipo de enfermería es este si no tienes paletas de sabores para los niños?
—Ahora ya entiendes mi punto. —Ante el resoplido de Carlos, sonreí.
—Pero hablo en serio —dijo él entonces y lo miré cuando se enderezó, su rostro ahora fruncido con preocupación—. ¿Qué pasa en esa mente tuya, Vivianne?
Permanecí recostada, ojos fijos en la telaraña en una esquina del techo. Varios insectos adictos a la luz se quedaron atrapados en la red arácnida.
—¿Supiste lo que pasó con Sen? ¿Lo que ella y su equipo planeaban hacer?
Al ver la clara confusión en sus ojos, rabia pura incendió mis entrañas. No hacia él, sino con Sen y lo bien que supo ocultar lo que tenía pensado hacer con los psis que ni un agente de la CIA como Villanueva pudo darse cuenta.
Le conté lo que descubrimos gracias a Ruby y lo que nos planteamos hacer para evitar una tragedia, que gran parte del por qué ahora nos faltaba raciones, suministros y equipo era porque Sen se comunicó con el equipo que ya estaba en el Rancho y les hizo saber que se moverían a Kansas. Que cuando Cate se enteró no estuvo de acuerdo, se molestó y piensa en marcharse a buscar al resto de los agentes.
—¿También estás molesto? —le pregunté—. Estabas ahí cuando Ruby regresó hecha un manojo de nervios de su expedición con Sen cuando estábamos en California y nos contó a mí y a Cole, pero decidimos callarnos.
Carlos me ayudó a sentarme sin responderme. Hice una mueca al sentir la tela de mi camisa adherirse a mi piel humectada.
—¿De verdad importa mi opinión? —preguntó a modo de respuesta.
Por alguna razón me tomó desprevenida.
El hecho de que en realidad Carlos dudase el impacto que un consejo suyo tenía sobre mí era doloroso y espléndido a la vez. El hombre era mi amigo y compañero, una persona que se había ganado mi respeto y mi confianza. Puede que no me vea capaz decirle todo, pero aun así su punto de vista importa.
Es importante para mí.
Y se lo hice saber, con torpeza y nerviosismo, pero lo hice.
—Bueno, gracias, Su Alteza Real, por las lindas palabras de aliento. Usted habla mejor que un bebé aprendiendo hablar. —Resoplé poniendo los ojos en blanco, pero ambos compartimos sonrisas.
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Game of Survival | The Darkest Minds
Science Fiction[HISTORIA BASADA EN LOS LIBROS, NO EN LA PELÍCULA] Vivianne McClean era una chica que soñaba a lo grande, dispuesta a tener su propia compañía de revistas, siempre carismática y amable, de gran corazón y siempre ahí para ayudar a los demás. Claro, t...