[HISTORIA BASADA EN LOS LIBROS, NO EN LA PELÍCULA]
Vivianne McClean era una chica que soñaba a lo grande, dispuesta a tener su propia compañía de revistas, siempre carismática y amable, de gran corazón y siempre ahí para ayudar a los demás. Claro, t...
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ANTES DE ABORDAR EL AVIÓN, RUBY Y YO NOS ASEGURAMOS DE SACAR CUALQUIER RASTREADOR QUE ESTABA OCULTO DENTRO DE NUESTRA ROPA. Era una manía de la Liga para mantenerte localizado en caso de que te quedes varado o necesitan encontrarte, pero como este no era el caso y nosotras no queríamos ser encontradas los removimos y los destruimos. Solas, dentro de la ambulancia, tomé la mochila que traje—también me encargué de quitarle los rastreadores—y de ella saqué la chaqueta de Liam y se la pasé a Ruby, y yo saqué la propia chaqueta que había tenido puesta el día que la Liga nos encontró por segunda vez y me la coloqué.
A diferencia de antes, ya no estaba sucia con la sangre de Chubs. Revisé que todo estuviera en su puesto, tanto las provisiones que guardé y alguna que otra navaja que saqué de la armería del agente Villanueva. No notará que le faltan armas de filo, si tenía una docena de esas.
Cuando estuve lista me asomé por la ventana y esperé.
—Ahora —dije y Ruby abrió las puertas traseras con el mando del conductor.
Jude abrió los ojos como platos al vernos. Me llevé un dedo a los labios para que hiciera silencio. Su boca se abrió, pero nada salió, mudo de la sorpresa y la confusión.
—Estamos dentro —dijo Rob a través del auricular—. ¿Estado, Líder?
—Según el protocolo, Cuidador.
El aire que expulsé se transformó en humo frente a mis narices por la temperatura de Boston, pero no se comparaba con el frío de Virginia. Era punzante y ardía de cierta forma. Miré a mi alrededor, buscando alguna señal de transito que me dijera dónde estábamos, y cuando vi que nos encontrábamos en Garfield mi mente comenzó a maquinar.
Había una protesta, tendríamos que apresurarnos para llegar a ella y mezclarnos con la gente para pasar desapercibidos, y luego de ahí ir al sur lo más posible.
—Objetivo en la mira. ¿Perímetro despejado, Dragón?
Ruby me miró y yo sonreí.
—Sí, señor, la costa está completamente despejada —respondí, conteniéndome de soltar una risa que nos delatara mientras nosotros nos alejábamos más y más de la ambulancia.
Rob se quedó en silencio.
Y luego...
—¿Dragón...?
La imagen de la sorpresa en su rostro al abrir la camioneta y darse cuenta de que no estábamos ahí me hizo sentir eufórica, algo que llevaba meses sin sentir. Miré a Ruby y la sonrisa que se formó en sus labios era igual, cínica y enloquecida. Jude nos preguntaba qué estaba sucediendo, pero ninguna se dignó a responder y al ver que la nieve que caía con más fuerza, me subí la capucha del abrigo y tomé a Jude del brazo para que parecía que éramos tres amigos simplemente caminando en una linda nevada.
