[HISTORIA BASADA EN LOS LIBROS, NO EN LA PELÍCULA]
Vivianne McClean era una chica que soñaba a lo grande, dispuesta a tener su propia compañía de revistas, siempre carismática y amable, de gran corazón y siempre ahí para ayudar a los demás. Claro, t...
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RUBY VINO A BUSCARME CUANDO CASI TODOS LOS EQUIPOSTENÍAN LA COMIDA DISTRIBUIDA. Para entonces, mi estómago se había convertido en un tedioso nudo de nerviosos y mi paciencia era inexistente.
Liam, al ver a Ruby, cambió la expresión de pensativa y fruncida, a completamente relajada y brillante enseguida. Quiso ir tras ella, posiblemente para platicar, pero yo le metí un brazo y lo detuve, silenciosamente pidiéndole que terminara su asignación. Podía sentir los ojos de Ruby, Chubs y Vida sobre nosotros, pero los de Liam eran aún más pesados, y yo no supe descifrar si estaba enojado conmigo o no.
Desde que Ruby, Chubs, Vida, Jude y él regresaron con la memoria USB, el plan de Liam y Chubs era separarnos de la Liga, ir en busca de Zu y volver a nuestras vidas de antes, cuando éramos solo cinco chicos tratando de sobrevivir como equipo. Como familia. Yo quería esa vida de vuelta más que nada en el mundo, ya que significaba regresar a un vaivén al que estaba cómoda de tener, pero también significaba otra cosa, algo que no creí que me importaba tanto.
Lo que he hecho gracias a la Liga.
No podía simplemente ignorar el progreso que mis poderes han tenido una vez que empecé a entrenarme correctamente, ni darme cuenta de la inmensidad del problema hasta que Alban y Cate nos informaron propiamente al respecto. Miles de niños en encerrados en campamentos, centenares cazados y matados, crisis económica en cualquier estado, cuidad, pueblo... En los ocho años desde el brote de la ENIAA, los Estados Unidos de América pasó de ser un país, a una mota de nada en el mapa.
Ahora que conocía todo esto, yo no podía darle la espalda y seguir adelante, haciéndome la sorda y la ciega. No cuando nada de eso contribuiría al cambio en el futuro.
Y yo quería un futuro donde pudiera vivir.
Si eso implicaba tener que soportar la mera presencia de Clancy Gray también, entonces que así sea.
Me obligué a encerrar mis emociones bajo siete llaves mientras Ruby pateaba a Clancy y lo despertaba, alumbrando su rostro con la linterna. Mi rostro era una roca ante la imagen de Clancy hecho una mierda, demacrado y sucio.
Por dentro, sin embargo, yo estaba haciendo una fiesta.
—Si esta conversación no incluye un espejo, mis manos desatadas, ropa limpia y la muerte prematura de uno de los Stewarts, no me interesa —nos dijo Clancy con una mueca de desagrado.
Como respuesta, Ruby usó el pie para colocarlo boca abajo, y desde ahí, los furiosos ojos azules de Clancy lanzaron misiles hacia nosotras.
—¿Nada de comida otra vez? Eso es una tortura... muy directa.
Resoplé, burlándome. Y con la atención de Clancy ahora en mí, alcé la camisa y los pantalones que trajimos para él.
—Ruby te desatará las manos y los pies —dije, manteniendo mi voz neutra—. Usarás este trapo y el cubo te agua para limpiarte, y al terminar te vienes con nosotras. Vas hacer todo lo que digamos, ¿entiendes?
