Epílogo

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    PRESIONÉ CON FUERZA EL BRAZO QUE ESTABA ALREDEDOR DEL CUELLO DEL HOMBRE, DEJÁNDOLO SIN AIRE

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    PRESIONÉ CON FUERZA EL BRAZO QUE ESTABA ALREDEDOR DEL CUELLO DEL HOMBRE, DEJÁNDOLO SIN AIRE. Él forcejeaba y lanzaba manotazos sin conseguir que ningún golpe me acertara y cuando noté que él tomaba fuerzas para contraatacar con un movimiento para zafarse de mi agarre, yo presioné aún más y él se puso debilucho sobre mí, perdiendo fuerzas y equilibrio así que dejé que cayera de rodillas, pero no lo solté.

Ruby ya se agachaba frente a él para entrar en su mente.

Solté una de mis manos para tomar mi pistola y mantener el dedo en el gatillo, alerta de cualquier intruso que nos encuentre. A diferencia de Ruby en esta misión, yo tenía permiso de disparar hasta matar así que quien sea que se cruce en nuestro camino por desgracia se va a encontrar con una sorpresa-no-tan-placentera.

—Despierta —le dijo Ruby al hombre, tocándolo apenas con un dedo—. ¿Dónde está el prisionero 27?

—¿Quieren darse prisa? —refunfuñó Vida detrás de mí, protegiendo nuestras espaldas, y yo rodé los ojos.

—Si dejas que Ruby haga su trabajo tal vez terminemos más rápido...

Rob, el novio de Cate, se paró detrás de ella y me miró directamente a los ojos, exasperado.

Oh, eso no era bueno. El tipo estaba por dar la orden de continuar la búsqueda sin nosotras, lo sabía. No le gusta que nos tomemos nuestro tiempo en misiones porque cree que lo hacemos a propósito, cuando en realidad tratar de concentrar nuestros poderes a veces solía ser mucho más difícil que estirar un brazo para encender un interruptor.

—¿Dónde está el prisionero 27?

—El prisionero 27...

Ruby ya lo tenía. Lo supe cuando sus ojos obtuvieron aquel brillo que siempre adquirían cuando ella encuentra lo que buscaba dentro de cada mente en la que ella interrumpe.

—Dos pisos más abajo, sala 4B.

Todos nos pusimos en movimiento. En cada uno de nuestros relojes apareció un cronómetro de quince minutos, el tiempo exacto que tendríamos para recuperar el agente de la Liga que había sido atrapado. Sin embargo, Alban debía querer mucho a este agente como para hacernos arriesgar que el mundo descubra la organización, ya que una vez te atrapan nadie tenía la autorización de venir a por ti.

El cronómetro se activó en cuanto Rob abrió la puerta y nosotros entramos en fila, armas en ristre. Solo quince minutos para agarrar al prisionero y largarnos sin dejar rastro y a la velocidad de la luz, así que nos apresuramos por bajar la escalera en espiral que estaba sumida en penumbra, solo iluminada por algunas luces que aparecían de vez en cuando. El soldado que estaba entre Vida y yo se detuvo para alcanzar un panel, tomar un cable y cortar la energía de la cámara de seguridad de una pared cerca de nosotros. Luego, cuando llegamos al final de la escalera, los demás hombres de Rob que nos acompañaban se agruparon y el jefe de nuestra misión se nos acercó a nosotras.

Game of Survival | The Darkest MindsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora