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❝Eres la manera que tiene el mundo de decirme lo bonita que es la vida❞.Atte: Un admirador.
P.D: Puedes comer esta nota.
____________________________________Lalisa frunció el ceño al ver otra carta comestible, pero esta vez estaba pegada en su casillero junto con una galleta en forma de corazón con su nombre escrito con caramelo.
Era ya la séptima carta de la semana. No le molestaba porque en verdad le subía un poco el autoestima al saber que alguien estaba enamorado de ella. Según su investigación sobre TaeHyung, es un chico un grado mayor que ella y tenía novio, Jung Hoseok. Descartó la posibilidad de que sea él el que gustase de ella, porque era evidente que era gay. También investigó sobre sus amigos y realmente no había ninguna conexión con alguien de su salón o exterior. Todos sus amigos o tenían novia o eran homosexuales, porque de otra no había.
Suspiró frustrada y agarró la nota, metiéndola en una bolsa de plástico para comerla después. Sacó cosas de su casillero y volvió a cerrarlo, caminando a paso lento hacia la salida. Se sentía observada, pero era normal, puesto que ella conocía a casi todo el mundo y cada paso que daba, una cara conocida y un saludo daba.
Mientras tanto, el azabache de largos cabellos la veía con una sonrisa que estaba oculta debajo de ese oscuro cubrebocas. Realmente no sabía si a Lisa le gustaba lo que él le hacía y escribía; a veces podía ver su rostro de sorpresa al encontrarse una de sus dulces cartas y eso lo ponía feliz.
Lisa Manoban fue una de las personas que miró al entrar a esa preparatoria y se quedó embobado admirando tal belleza andante. Nunca nadie le había impresionado tanto una persona y la propia Lisa lo había hecho en tan solo un segundo.
Suspiró y se dispuso en dirigirse a la misma dirección que ella e irse a su casa. Tenía pensado un par de frases que seguro le gustarían.
La pelinegra mordió el último bocado de esa dulce galleta de vainilla y masticó con lentitud tratando de saborearla más. No tenía ni idea de quién podría ser su admirador, ya se había rendido con su investigación de una semana para descubrir quién era en base a Kim.
Suspiró y se dejó caer en su cama para mantener la mirada fija en algún punto del techo. También se preguntaba seriamente quién era aquel azabache que siempre andaba con ese molesto cubrebocas. Lisa quería quitárselo y ver su rostro, pero eso no sería muy rockstar de su parte.
—Jeon JungKook, ¿quién eres?— preguntó al aire y volvió a suspirar. Se encontraba cansada por el largo día de escuela y en verdad no quería hacer su tarea. Se reincorporó y miró un rato su celular, encontrándose con varios mensajes sin contestar, así que los fue leyendo y respondiendo uno a uno. Sin embargo, un chat llamó su atención.
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XXX-XXX-XXX
Todo lo que te quiero decir no lo puedo reducir a una frase de amor. Pero quiero que sepas que no me rendiré hasta que puedas sentir algo por mí, Lisa.
_____________________________________—¿Qué diablos?— la chica frunció el ceño y escribió preguntando su identidad. Pensaba que tal vez se había confundido de número ya que venía de alguien desconocido, pero rápidamente descartó esa idea porque aquella persona había puesto su nombre.
¿Quién podría ser? Rápidamente pensó en aquel chico que siempre le dejaba notas comestibles en su casillero. Pensaba en la posibilidad de que podría ser él y esa idea fue confirmada al recibir una respuesta por parte de aquella persona.
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XXX-XXX-XXX
Soy el mismo admirador que lees todos los días :)
______________________________________Dejó soltar un suspiro y dejó el teléfono a un lado, restregó sus manos en su cara y las frotó en un acto de frustración. Dios, pensaba que esto estaba yendo un poco lejos, pero solamente era alguien que le hablaba porque le gustaba. Lisa aún seguía pensando que todo aquello era una broma de muy mal gusto que no era para nada graciosa. ¿En verdad ese tipo estaba enamorado de ella? Y si era así, ¿por qué? Lisa no se proclamaba alguien bonita porque ella pensaba que no lo era. Tenía varios ataques a su baja autoestima que hacía que reduzca aún más.
Soltó otro suspiro y se dedicó a mirar el techo otra vez, encontrando alguna respuesta hacia sus preguntas.
—Hyung, ¿cuál color crees que le gustaría?
El de cabellos menta giró su vista y miró a aquel azabache que lo veía interrogante mientras alzaba dos botecitos de pintura comestible. Llevaba ya dos semanas fabricando tarjetas que se podían comer para una chica de la cual había quedado clavado. Min le señaló el color amarillo y el azabache asintió con una sonrisa. Echó aquel líquido amarillento en su mezcla y empezó a batirlo con delicadeza.
Mientras hacía aquella cartas, su mente no dejaba de pensar en ella y en aquella hermosa sonrisa que tenía la dicha de ver cuando reía con sus amigos. Para él, ella era toda una diosa que merecía todo lo bueno del mundo. Merecía todo lo que una deidad podía obtener. Su atracción hacia ella era mucha que su mente no pensaba en otra cosa más que en ella. Yoongi le había dicho que era todo un desesperado por hacerle cartas y obtener su número y mandarle mensaje diciéndole cosas bonitas. Estaba bien expresarse, pero tal vez se estaba excediendo un poco.
Tomó una bandeja y ahí dejó derramar aquella mezcla amarillenta y la dejó secar, creando así una especie de papel grueso que le servía para sus frases de amor. Se detuvo un momento y pensó:
¿Estaré siendo muy intenso?
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Cartas comestibles ➳ℓιzкσσк
FanfictionTodo el mundo hacía y mandaba cartas normales hacia sus enamorados o enamoradas. Pero para conquistar a una chica, era mejor enamorarla por el estómago, y, ¿qué mejor hacerlo con cartas comestibles? En donde JungKook le hace cartas comestibles a Lis...