«Talismán» de Rata Blanca sonaba en sus auriculares mientras iba caminando hacia la escuela. La tarareaba con ganas aunque no entendiera muy bien la letra porque estaba en un idioma que no conocía muy bien. Hoy era un día muy hermoso, por lo que tenía una enorme sonrisa en el rostro que nada ni nadie se la podía quitar.
Aunque lo malo era que nadie la podía ver.
Ese día, aparte de bonito, hacía un tremendo calor, por lo que su cubrebocas lo estaba sofocando un poco, pero debía resistir. Caminó por los pasillos limpios de la institución y antes de entrar a su aula, sacó una carta comestible con un pequeño dulce en una bolsa y lo pegó en el casillero de su amada. Suspiró con una pequeña sonrisa y cuando se giró para ir a su clase, se encontró con la mirada desafiante de Lía.
Rápidamente entró en pánico y ella solamente se echó a reír.
—Tranquilo, no se lo diré— sonrió sincera—. De hecho, puedo ayudarte a escribir las frases.
JungKook estaba asombrado por sus palabras. ¿Cómo estaba tan seguro de que ella no le iba a contar a su amiga? Él sabía que ellas eran muy cercanas y que por lo visto se contaban todo. No podía confiar tanto en Lía, pero aún así asintió y agradeció con una reverencia para, ahora sí, entrar a su aula escolar en donde pudo divisar a la chica de cabellos cortos y azabaches. Sonrió mirándola embobado un rato hasta que decidió sentarse en su sitio habitual.
El azabache tenía en su mente la bella sonrisa de Lisa y lo muy suave y blanca piel que tenía. Deseó tener aquella piel lisa en su rostro, pero las cosas para él no habían sido muy buenas desde que su madre se había vuelto a casar. Lo peor es que JungKook tenía tan sólo seis años.
Toda su vida había sido un infierno, pero no fue hasta que cumplió los quince años que se fue a vivir con un amigo de confianza suyo. Ahí ha estado dos años y los que faltaban. Aunque lo que realmente quería JungKook era una muestra de amor, de afecto. Encontrar a alguien quien lo amase para así estar bien consigo mismo. Para sentirse amado otra vez y alejar todos esos años de sufrimiento.
—Hola— escuchó una voz tras suyo y se giró para encontrarse con el lindo rostro de la pelinegra mirándolo con una sonrisa donde relucía todos sus dientes. Se sentó a un lado de él y dejó su mochila en el pupitre, dejando en claro que iba a ser su compañera de clases ese día y más contento no podía estar—. ¿Cómo estás?
Feliz.
—B-Bien...— se maldijo a sí mismo por tartamudear—. ¿Cómo estás tú, noona?
—Estoy bien.
Le sonrió sincera, sacando una libreta y empezando a escribir en ella. Él la miraba en silencio y cada vez se ponía más nervioso aunque estaba feliz de que esa chica decidiera acompañarlo aunque sea ese día.
—¿Comemos juntos?— preguntó aquella linda azabache mirándolo con esos grandes ojos que no hacían más que enamorarlo. El varón negó apenado—. Oh, ¿por qué no?
—No como por esta cosa— señaló la tela que cubría su rostro. Lisa asintió entendiendo y sonrió repasando su plan en su cabeza.
—Ven conmigo.
Manoban lo tomó de la muñeca y juntos salieron del aula escolar para llegar al casillero de la fémina, en donde ésta lo miró con una sonrisa aquella carta comestible que estaba esperando. Pudo ver el destello de fascinación y la pequeña sonrisa en su rostro mientras leía la frase que él le había escrito. Se preguntaba: ¿cómo reaccionaría si le dijera que él le dejaba aquellas cartas? Seguramente se decepcionaría.
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❝Te amo en colores que aun no se han visto❞.Atte: Un admirador.
P.D: Puedes comer esta nota.
_____________________________________—¿Sabes? Hace como ya tres semanas me han estado dejando estas cartas con frases bonitas— empezó a decir—. La verdad es que me hacen subir el autoestima y me pone feliz saber que le gusto a alguien.
Ella lo miró con los ojos cristalinos como si no pudiera creerlo. Apretó delicadamente la carta contra su pecho y suspiró nostálgica mirando algún punto del techo. Miró al azabache esperando reacción o alguna palabra.
—¿Alguna vez te has enamorado, JungKook?
¿Que si se había enamorado? Estaba perdidamente loco por ella y no había duda de que no le había gustado tanto una persona como lo hizo con ella. Pero obviamente no podía decirle eso, al menos no ahora.
Negó con la cabeza.
—¿En serio?— dijo mientras empezó a caminar y él la imitó moviéndose a su lado—. Bueno, ¿has tenido novia alguna vez?
Negó otra vez.
—Oh, vamos, hombre, con ese rostro, ¿cómo es posible que no?
—No soy atractivo, noona— admitió casi de inmediato—. Además, nadie me ha visto el rostro y... no creo que sea tan agradable de ver.
Entonces momentos de su antigua escuela llegaron a su mente. Recuerdos en donde todos se burlaban de él por tener un rostro deforme y con varias heridas que no eran muy agradables de ver. Recordaba perfectamente todos los abusos de parte de sus compañeros y los apodos horribles y para nada graciosos que le ponían.
Quiso llorar en ese momento, pero trató de evitarlo porque no quería dar explicaciones. Así que se tragó ese nudo de la garganta y miró nuevamente a Lisa, quien no se inmutaba de lo que estaba pensando.
—No creo que te veas tan mal.
Lisa suspiró y pensó seriamente en dejar ese tema a un lado. Se veía y se notaba que el azabache no quería seguir hablando de eso.
Retomaron su camino y llegaron a un lugar un poco alejado y escondido de todos. La fémina se sentó en el suelo y él imitó su acción; sacó de su mochila una cinta negra y el varón la miró confundido.
—Por si te lo preguntas, es para vendarme los ojos— exclamó mientras le daba un sándwich y se enrollaba la cinta en la cabeza de manera que tapara sus orbes y no pudiera ver nada—. Puedes comer con tranquilidad, Kook.
El corazón del varón dió un salto y sintió bonito que sonrió libremente. Observó a la chica de pelo corto, quien comía otro sándwich tranquilamente en silencio. Lo que hizo le pareció un gesto muy amable y comprensivo que lo hizo enamorarse más de esa chica.
Quitó la tela que cubría su boca y pudo respirar el aire fresco del lugar, mordiendo aquel almuerzo que le había dado la fémina.
Y a partir de ahí, su relación de amistad comenzó.
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Cartas comestibles ➳ℓιzкσσк
FanfictionTodo el mundo hacía y mandaba cartas normales hacia sus enamorados o enamoradas. Pero para conquistar a una chica, era mejor enamorarla por el estómago, y, ¿qué mejor hacerlo con cartas comestibles? En donde JungKook le hace cartas comestibles a Lis...