Todo el mundo hacía y mandaba cartas normales hacia sus enamorados o enamoradas. Pero para conquistar a una chica, era mejor enamorarla por el estómago, y, ¿qué mejor hacerlo con cartas comestibles?
En donde JungKook le hace cartas comestibles a Lis...
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Él le sonreía y ella no podía evitar sonrojarse. Ambos estaban tomados de las manos mientras reían y corrían por ese gran campo de flores. No sabe cómo llegó ahí, ni en qué momento, pero sabía que no quería irse nunca. Porque aquel momento empezaba a ser muy bonito para ella.
De un momento a otro dejaron de correr y JungKook se acercó más a ella apretando sus manos y deleitándose con la belleza natural de la chica. Lisa lo observaba en silencio, pero con una sonrisa grande en el rostro. Aunque por alguna extraña razón, JungKook no estaba usando ese molesto cubrebocas que tanto le fastidiaba. Ahora mismo podía verle completamente el rostro y su corazón latió con mucha fuerza. Ella podía admirar y tocar aquella suave piel que no parecía tener problemas. Era muy lisa y sorprendentemente suave. Pero fueron cuestión de segundos para que su atención se centrara en otra cosa.
Un beso.
El azabache la estaba besando pasionalmente explotando por completo el corazón de Lisa, quien no hizo más que sonrojarse y evitar caerse por sentir sus piernas flaquear. Sus labios sabían a cereza y podían encajar bastante bien con los suyos. ¿Acaso esto era real? Algo no le cuadraba en su mente, pero se dejó llevar por aquel momento en donde lo sentía tan real. En donde sentía que viajaba hacia arriba con ayuda de una nube que subía y subía, navegando por el azul cielo repleto de humo blanco con JungKook agarrándole la mano.
Sentía todo su mundo irse arriba y su corazón latía con una fuerza que jamás pensó que bombearía sangre.
Pero fueron también cuestión de segundos para que, a lo lejos, escuchara un sonido irritante y la obligara a abrir los ojos. Y ese sonido molesto había sido provocado por el ruido de la alarma y se dio cuenta de que todo lo que supuestamente vivió había sido un sueño.
Un sueño.
Un maldito sueño.
Frunció el ceño mientras tocaba su corazón con una mano e intentaba respirar tranquilamente. ¿Por qué diablos había soñado eso? ¿Acaso significaba algo? Su corazón desconocía ese nuevo sentimiento que poco a poco comenzaba a brotarle. No, no podía ser eso, ¿o sí?
Enamorarse siempre había salido mal para la fémina, puesto a que a la persona que le gustaba no le hacía caso o estaba con alguien más. No creía que JungKook podía parecer la excepción, él actuaba así con ella porque le tenía mucho cariño. Además, ni siquiera sabía si le gustaba. Solo estaba pensando cosas al azar que su corazón pensaba que eso era real.
Sacudió su cabeza alejando cualquier pensamiento romántico hacia el azabache y soltó un jadeo mientras intentaba borrar las imágenes de su sueño. Se paró de la cama y caminó en dirección hacia al baño, necesitaba mojarse la cara.
—Es sólo un amigo, es sólo un amigo— repetía constantemente, pareciendo Adrien Agreste por decir aquella frase.
—¿Quién es "sólo un amigo", Lisa?— escuchó preguntar su mejor amiga Lía y recordó que aún le quedaban pocos días en ese viaje, por lo tanto sus compañeras alrededor la miraban con una sonrisa curiosa.
