27

299 50 9
                                    

   Ver a su madre en una camilla del hospital con diversos moretones de golpes y heridas junto con millones de cables conectados y enredados a ella, no era para nada una buena escena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ver a su madre en una camilla del hospital con diversos moretones de golpes y heridas junto con millones de cables conectados y enredados a ella, no era para nada una buena escena. Quería llorar por verla en un estado tan deplorable, pero a la vez quería enojarse y golpear en la bolas a su imbécil padrastro que lo único que ha hecho es causar problemas. Lo odiaba como nadie y en verdad quería meterlo a la cárcel.

Se acercó a ella a paso lento y le tomó una mano, tomando asiento en una silla que estaba a lado suyo y observó con más detenimiento las horribles marcas de sus brazos y cara. Sin pensarlo derramó una lágrima, sintiéndose un verdadero idiota al haber dejado a su madre con el estúpido de su padrastro. No había ni un día en donde no se lamentaba y en verdad el corazón se le hacía añicos al imaginar las escenas de los golpes.

—¿Ahora me crees?— preguntó con la voz hecha en un hilo—. C-Cuando te dije que él me lastimó, no me creíste, pero ahora que pasaste por lo mismo, ¿me crees?

Sabía que su madre no podía responderle porque estaba en un coma que JungKook esperaba no fuera muy largo. Se dejó llorar libremente para sacar todo lo que tenía, llorando por ella y por Lisa. Ni siquiera había pensado en ella y en contestarle y explicarle su situación. Él creía que probablemente Yoongi hyung le había dicho todo y esperaba que hubiera sido así. No podía imaginarse cómo estaría Lisa y no estaba tan seguro si la estaba pasando muy mal como él.

Acarició la mano de su madre con su dedo y se limpió las lágrimas con su mano libre.

—Me vengaré, mamá. Te prometo que lo haré.

   Ya había pasado un día desde que su azabache se había ido, pero Lisa lo sentía como si hubieran pasado varios años que probablemente serían siglos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ya había pasado un día desde que su azabache se había ido, pero Lisa lo sentía como si hubieran pasado varios años que probablemente serían siglos. No hacía falta decir que lo extrañaba, porque en verdad lo hacía y mucho. Le hacía tanta falta que ahora sus días se volvían tristes y grises, en donde él solamente les podía poner color y felicidad.

No había podido leer la carta comestible que Yoongi le había entregado el día anterior. Aún no estaba lista y de ser necesario, pasarían más días para poderla leer. Su mente en estos momentos no pensaban en otra cosa que no fuera en él y su corazón estaba en las mismas. ¿Él en verdad iba a volver? Yoongi le había dicho que sí, entonces, ¿por qué lo sentía como una mentira? Probablemente porque era una mentira y el de cabellos menta quería ilusionarla, pero en el fondo la chica sentía que volvería, que volvería por ella. Y tenía esperanza en que fuera así, porque en el fondo creía en esa mentira.

   Pero lo único que Lisa no tenía era paciencia.

   Ella odiaba esperar porque se le hacía muy eterno. No tenía para nada paciencia y eso era lo que el azabache y Yoongi le habían pedido. Pero, ¿qué podía hacer ella? No podía hacer nada porque no quería esperar, pero trataría de hacerlo para volver a estar con él, porque él volvería, ¿no?

   Se levantó de la cama y caminó a paso perezoso hacia el baño. No tenía nada que hacer porque las clases ya habían terminado, por lo tanto las ansiadas vacaciones que tanto esperó comenzaban a aburrirle, sobretodo porque él no estaba ahí. Se lavó la cara y salió del baño para recostarse en su sofá, prendió la televisión y buscó algún drama para ver, pero la verdad es que no quería ver ni hacer nada. Sólo podía esperar.

Esperar y esperar.

   Odiaba esa palabra.

   —Joven Jeon, ¿puedo hablar un momento con usted?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   —Joven Jeon, ¿puedo hablar un momento con usted?

   La voz masculina hizo que girara su cabeza y se topara con un hombre de cabellos rubios, bastante alto y con una bata blanca, digno de un doctor. Éste lo miraba preocupante y el azabache no pudo evitar fijarse en el labio que mordía con nerviosismo. Se levantó de la silla en donde estaba sentado y se acercó a él, teniendo un poco de miedo de lo que sea que vaya a hablarle.

   —¿Qué sucede?— preguntó con nerviosismo.

   —Bien, soy Mark Swell y seré el doctor de la señora Jeon a partir de este momento— se presentó con un apretón de manos y relamió su labio inferior—. Lamento informarle que su madre presenta un sin fin de huesos y ligamentos rotos a base de objetos que pudieron golpearle previamente. Tiene varios hematomas en todo el cuerpo. Se golpeó muy fuerte en la cabeza y eso ocasionó que cayera en un coma no definido— comentó con pena, mirando con un poco de lástima al jovencito enfrente suyo quien había comenzado a llorar—. Le pido que tenga paciencia y le prometo que haré todo lo posible para que su madre vuelva a estar mejor.

"Vuelva a estar mejor", repitió en su mente el azabache. Su madre no estaba ni bien antes de este incidente, lo sabía a pesar de que no se lo haya dicho. Asintió limpiando sus mejillas.

—De casualidad, ¿sabe la razón por la que quedó así la paciente?

JungKook no quería responder porque sabía que se podía ahogar entre sus propias palabras. Obviamente sabía la razón y la razón la quería asesinar ahora mismo; quería golpearlo hasta el cansancio y decirle todas sus verdaderas mierdas. Pero la violencia no resolvía nada.

Al final negó con la cabeza varias veces, dejando salir más y más lágrimas.

Cartas comestibles ➳ℓιzкσσкDonde viven las historias. Descúbrelo ahora