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___________________________❝ Algún día estaremos juntos, así que no me olvides

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Algún día estaremos juntos, así que no me olvides. Cuando llega la noche, solamente estoy mirando el cielo, deseando estar flotando contigo como esa hermosa luna.

Atte: Jeon JungKook

P.D: Puedes comer esta nota <3
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Eso decía la carta comestible que Yoongi le había dado el otro día. Habían pasado ya varios días, en los cuales se habían convertido en dos semanas, en el cual su misterioso azabache se había ido. Todo los días se encontraba contándolos a la espera de que ese día fuera el último en el que estuviera sola. Quería adelantar el tiempo para volverlo a ver y así poder abrazarlo y no soltarlo nunca.

Nunca se había sentido tan sola en el mundo, ni mucho menos cuando sus padres habían fallecido o cuando su abuela se había ido con ellos. Tal vez era porque era muy pequeña para entender mejor el concepto y definición de soledad. Pero ahora que ya, prácticamente, era una adulta, entendía ese vacío en su pecho y las ganas de estar con alguien se hacían cada vez más grandes.

   Releyó nuevamente la carta y secó las lágrimas que llevaban horas saliendo de sus ojos. Estaba harta de llorar. Tenía los ojos hinchados y rojos por eso, y la molestia en ellos era realmente irritante. Pero es que no podía evitarlo. De su casa no había salido ni para comprar la mercancía, por lo que realmente no sabe cómo es que ha sobrevivido. A veces su grupito de amigos la iba a visitar, pero Lisa simplemente no les abría porque no quería ver a nadie, aunque en el fondo moría por estar con ellos, porque así no se sentía sola al menos por unas horas.

   Era muy indecisa, no la culpen.

   Tampoco había recibido noticias ni mucho menos mensajes del azabache. Decidió dejar de intentar mandarle mensaje, porque sabía que era en vano y que no le contestaría. De pronto, una llamada entrante hizo que mirara su celular y contestara a duras penas.

   —¡Noche de chicas!— gritaron dos voces femeninas al otro lado de la línea telefónica, el grito fue tan ensordecedor que Lisa tuvo que alejar el celular y sobarse el oído para volver a pegar el teléfono en la oreja—. Nos vemos en tu casa en cinco minutos. ¡Adiós!.

   Abrió la boca para decir algo, pero la llamada había sido terminada. No pudo decirles a sus amigas que no fueran porque no les iba a abrir, pero debía dejar de ser una llorona y seguir adelante. Como una vez le dijo su abuela: hombres hay muchos. Pero Lisa sólo quería a JungKook. Ay, no, otra vez se estaba poniendo triste.

   El sonido del timbre la hizo pararse con pereza y caminar con lentitud hacia la puerta. Al menos su casa no estaba tan desarreglada, así que eso no le preocupaba mucho. Abrió la puerta principal, encontrándose con los rostros sonrientes de sus amigas que poco a poco se fue desvaneciendo y se convirtió en unas miradas preocupadas.

   Oh, es verdad, parecía un zombie.

   —¡Dios mío, mira esas ojeras!— cubrió su boca Lía.

   —¿Estás bien, Lili?— preguntó con evidente preocupación Sulli.

   Creo que empezaba a odiar esa pregunta. ¿Acaso la gente no ve que no la está pasando bien?

   —Estoy bien— oh, que gran mentira—. Sólo es cansancio. Pasen.

   Las chicas no dijeron nada más y entraron a la casa, sintiendo ese olor a humedad y soledad. Dejaron sus mochilas que habían traído en el sofá de la sala y se sentaron, esperando a que la pelinegra de cabello corto se acercara a ellas.

   —Bueno... traje algunas mascarillas faciales y...— balbuceó Lía, mirando a una Lisa cansada—... y Sulli trajo algunos bocadillos. ¿Quieres empezar con las mascarillas? Tu piel luce muy pálida.

   La dueña de la casa asintió mirando a la nada.

   —Esperen... a JungKook también le gustaba ponerse mascarillas— dijo Lisa en un tono bajo y sus ojos se aguaron otra vez, comenzando pronto a llorar.

   Lía y Sulli se miraron sin saber qué hacer, tampoco sabiendo por qué su amiga se ponía triste. La castaña se acercó a la fémina y la tomó de la mano, acariciando su dorso con sus dedos.

   —Lisa, cualquier problema que tengas puedes contarnos. Somos tus amigas, tus mejores amigas, y te escucharemos sin juzgarte. Sólo tienes que confiar en nosotras— habló Lía despacio, sonriendo para ella.

   La pelinegra sollozó y sorbió su nariz, limpiando sus lágrimas y sintiéndose muy tonta por seguir llorando por lo mismo. Miró a sus amigas, las cuales tenían una mirada comprensiva y preocupada. Lisa intentó sonreír.

  —Te pintaste el cabello de rosa, Sulli— rió despacio—. Te queda muy bien...

   —¿Tienes hambre? Puedo sacar la comida que traje— habló la antes mencionada apresurándose a sacar varios toppers de su mochila y tendiéndoselos a ella—. Lo preparó mi mamá y sé que a ti te encanta su comida.

   La de cabello corto aceptó un topper y con un palito agarró un dumpling y se lo metió a la boca, masticando lentamente y sintiendo un hambre voraz que no sabía que tenía. Eran las siete de la tarde, y en todo el día sólo comió una manzana y un vaso de agua, así que era evidente que se estaba muriendo de hambre. Comió otro y otro, hasta que dejó cuatro para ellas, puede tener mucha hambre, pero nunca les dejaría sin comer a sus amigas.

   —¿Qué tal una película? ¿O un drama?— preguntó esta vez Lía aliviando la tensión—. Hace poco se estrenó uno en netflix, ¿qué tal si lo vemos?

   Lisa asintió y se limpió la boca con una servilleta que Sulli le había dado y se levantó del sofá.

   —¿Pueden esperarme quince minutos?— preguntó la chica caminando hacia su habitación, sin esperar la respuesta de sus invitadas. Salió de su cuarto con una muda de ropa y se metió al baño. Quería limpiarse y alejar el molesto dolor de cabeza que estaba empezando a tener. También quería despejar su mente y dejar de pensar en él al menos por unas horas y eso era exactamente lo que haría, por eso se duchó y vistió un pijama cómodo para luego volver con sus amigas y pasar una noche agradable. Les sonrió como siempre lo hizo—. Esta es una noche de chicas, ¿no? Entonces, ¿por qué las caras largas? ¡Vamos a divertirnos!

Tal vez podría volver a reconstruir su vida una vez más.

Cartas comestibles ➳ℓιzкσσкDonde viven las historias. Descúbrelo ahora