Epílogue

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Tres años después

   —¡Lisa, estamos aquí!

   La voz femenina gritándole hizo que la mencionada girara su cabeza en dirección a ella y le sonriera para luego caminar a paso rápido hacia ella. Le hacía tan feliz verla un año más.

   —¿Estás emocionada por el nuevo inicio escolar?— preguntó Lisa con una gran sonrisa en el rostro, amarrando su ya larga cabellera negra en una coleta alta—. ¡Porque yo sí!

Si bien había pensado antes que la universidad era toda una porquería y algo relativamente estresante, lo cierto era que ya le agarró la onda y le iba muy bien. También el estar estudiando nuevamente con sus mejores amigas le hacía muy feliz. Aquellas niñas que estaban mal de la cabeza en el sentido que decían y hacían tonterías, pero al fin y al cabo, Lisa era una de ellas.

   —¡Claro que estoy emocionada!— expresó su amiga—. Estar otro año más contigo es realmente divertido— rió ligeramente la chica castaña—. Hay que irnos o sino Jisoo unnie nos regañará por dejarla plantada.

   Ambas chicas comenzaron a correr mientras reían y se dirigían hacia la casa de una de sus amigas. Im Nayeon, una chica mayor que ella que ahora mismo corría a su lado, la había conocido en su segundo año de universidad. Era una chica realmente divertida y el primer día de clases se habían hecho amigas. Kim Jisoo, una chica igualmente mayor que Lisa, era una chica muy inteligente e igualmente divertida, cuidaba de ella y de Nayeon como si hijas se tratasen; la conoció cuando entró a la universidad, un año antes que Nayeon.

   Su vida había cambiado mucho en tal sólo tres años; se sentía feliz, pero incompleta. La ida de JungKook la supo superar, aunque aún seguía doliendo un poco, puesto que todavía le gustaba el azabache y dejar de amarlo sería traicionarlo, al menos eso pensaba Lisa. Aún no recibía noticias sobre él y la esperanza de que volviera seguía en pie.

   —¿Por qué tardaron tanto, par de mocosas?— preguntó la chica mayor de cabellos morados mientras cruzaba los brazos y fruncía levemente el ceño—. Me estaba volviendo vieja.

  —Estás— comentó entre risas Nayeon y Jisoo le dedicó una mirada asesina.

   Las tres, ya reunidas, se agarraron de los brazos de la unnie mayor y caminaron hasta llegar a la universidad Minari, el nombre en honor a su fiel directora. Entraron y caminaron por el pasillo, Lisa observando que todo seguía igual, pero el ambiente lo sentía diferente. Tenía un cierto dejavú.

   —¿Escucharon que hay un chico nuevo en nuestro salón?— preguntó animadamente Nayeon—. Parece tener problemas en la piel, pero eso no le quita lo bonito.

   —Ay, Nayeon, tú nunca dejas de ligar— rodó los ojos Jisoo y Lisa observó a la castaña frunciendo el entrecejo.

   —¿Problemas de la piel?— murmuró para sí misma y sacudió su cabeza confundida. Nah, tal vez sólo estaba delirando.

   Las chicas caminaron a sus casilleros y el grito femenino de Nayeon las hizo mirarla como si estuviera loca. La antes mencionada tomó del brazo a Lisa y la acercó a su casillero con rapidez.

   —¡Mira, Lisa, tienes un admirador!

   Su mirada confusa se desvió hacia su casillero, notando una peculiar y familiar carta que estaba encerrada en una bolsa transparente con un lazo blanco amarrándola.

—Seguramente es de Yugyeom— habló la más mayor—. Ese chico tiene que entender que no estás interesada en él.

Lisa no escuchaba muy bien lo que sus amigas decían, puesto que su total atención estaba en esa misteriosa carta que se le hacía cada vez más familiar. Abrió la bolsita y sacó la nota, leyéndola lentamente.

Cartas comestibles ➳ℓιzкσσкDonde viven las historias. Descúbrelo ahora