Terminó la carta hecha un mar de lágrimas que sacaba sin parar y no podía controlarse. Muchas cosas habían sido confesadas ahí en la carta y no podía creer lo que leyó. Se paró rápidamente del suelo, agarrando sus llaves y saliendo rápidamente de su casa y correr con todas sus fuerzas hacia el área en donde estaban los taxis. Había dejado caer la carta en el piso de su casa, y se sintió una estúpida por no traerla, pues decía una que otra información importante que ahora mismo no podía recordar.
Entró a un taxi y le pidió que fuera a toda velocidad hacia el aeropuerto más cercano. Si llegaba más rápido, podía alcanzarlo antes de que su avión despegara.
Una vez que el taxi llegó a su destino, la fémina salió a toda velocidad y corrió con todas sus fuerzas por los pasillos del aeropuerto en busca de JungKook y se desesperó aún más al no poder encontrarlo por ninguna parte. ¿Qué tal si ya se había ido? No podía perderlo de esa manera. No sin saber la verdadera razón por la que se iba.
Intentó calmarse, porque con lo desesperada que estaba no lograba hallarlo. Respiró hondo y miró detenidamente a la gente.
Lo divisó a lo lejos y lo llamó, gritando su nombre pidiendo que no se fuera, pero parecía que él no la escuchaba y empezó a derramar más lágrimas de frustración. Y pronto, lo vio subirse a aquel avión con destino a quién sabe dónde, desapareciendo de su campo de visión a los pocos segundos.
¿Por qué? ¿Por qué hacía esto y por qué su corazón dolía tanto? Perder era algo que parecía perseguir a Lisa, puesto que había perdido a sus dos padres, a su abuela y ahora al amor de su vida. Tal vez el destino quería que estuviera sola, porque hay una frase que leyó una vez en un libro que decía: "Nacimos para estar solos" y ahora podía confirmar ese hecho, pues todos a su alrededor se iban y no volverían con ella.
Se dejó caer de rodillas cuando ya no pudo hacer nada más. No podía seguir gritando, porque el varón ya había subido al avión y estaba apunto de despegar. No podía llamarlo porque no contestaba y porque había olvidado su celular en su casa. Lo único que podía hacer era llorarle y sentirse miserable al no poder estar con la gente que más amaba. Y justamente había aceptado que estaba enamorada de él y le había confesado sus sentimientos con un beso. Ja, ¿qué tan mala suerte puede tener?
Lloró y lloró hasta que por fin se secó. No podía traerlo de vuelta porque no podía regresar el tiempo atrás.
Sólo le quedó sus recuerdos bonitos con él.
JungKook salió de casa y antes de irse al aeropuerto le entregó un sobre amarillo a Yoongi. Le dijo que, una vez que llegara al aeropuerto, le entregara aquella carta a Lisa. No tenía el valor de decirle tantas cosas en persona y, además, no podía porque su avión pronto despegaría y no tenía mucho tiempo.
—Buen viaje, mocoso— su hyung lo abrazó fuerte y evitó sus ganas de llorar, no quería y no le gustaba verse sensible ante sus menores—. Avisas cuando llegues.
El azabache asintió regalándole una sonrisa triste y se subió a un taxi que previamente había pedido. Se despidió con la mano y vio la figura de Yoongi hacerse cada vez más pequeña, pues el automóvil había comenzado a avanzar. Su pecho dolía al sentir un vacío por haber tenido que dejar a su primer y último amor. No pensaba volverse a enamorar, pues Lisa había dejado una gran huella en su corazón y lo había marcado de por vida. Fue una de las primeras personas que no le importó cómo se veía y fue la primera chica que elogió su aspecto a pesar de que se veía horrible.
No se dio cuenta cuando llegó al aeropuerto y pronto se arrepintió de su decisión. ¿Estaba haciendo lo correcto? Porque por una parte iba a volver a ver a su madre después de más de dos años, pero dejaría atrás al amor de su vida que lo aceptó tal y como era. Aunque por otra parte, sería muy egoísta que dejara de segundo plano a su madre y se quedara con Lisa.
Bajó sus maletas de la cajuela del taxi y las arrastró hasta entrar al aeropuerto, sintiendo un mal sabor de boca. Hizo todo el papeleo y esperó lo que tenía que esperar para luego empezar a abordar el avión. Sacó sus auriculares y se los colocó, poniendo una canción aleatoria que casualmente era una triste. Hizo fila y avanzó poco a poco.
Extrañaría a su amigo TaeHyung, a su hyung, pero sobretodo extrañaría a Lisa. A ésta última le pareció escuchar su voz llamándolo, pero creyó que era su mente quien le jugaba una mala broma.
Al final subió al avión y acomodó su equipaje en la parte de arriba para luego sentarse. Le había tocado al lado de la ventana, así que podía ver cómo el avión despegaba y poco a poco alcanzaba una altura en el que podía ver las finas nubes.
Un nuevo viaje y camino le esperaba. Pero también esperaba encontrarse otra vez con ella, con Lisa. Aún se sentía un tonto por no tener el valor de ir y decirle cuánto lo sentía y lo mucho que estaba arrepentido por irse. Pero no tenía coraje ni valor para hacerlo, así que terminó como empezó: escribiéndole una carta, pero no comestible.
Adiós, Corea del Sur. Hola, Estados Unidos.
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Cartas comestibles ➳ℓιzкσσк
FanfictionTodo el mundo hacía y mandaba cartas normales hacia sus enamorados o enamoradas. Pero para conquistar a una chica, era mejor enamorarla por el estómago, y, ¿qué mejor hacerlo con cartas comestibles? En donde JungKook le hace cartas comestibles a Lis...