Capítulo 26.

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Atención, este capítulo contiene sexualidad... 👀
Lean con discreción, si no gustas leerlo, pasa al final.
Si lo lees será bajo tu propia voluntad.
NO ME RESPONSABILIZO DE TRAUMAS 7w7
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Ambos siguieron sumergidos hasta sentir como aumentaron el nivel del beso, provocando que este se sintiera tan encendido como las emociones que comenzaban a impulsarlos.
En cuestión de momentos ambos yacían abrazados, pegando sus cuerpos con la intensión de sentir su calor, llevando sus manos a la cintura de ella.
Y él detuvo el beso.

—P-Perdón... No quise sobrepasarme... —Dijo apenado suavemente.

—Descuida... —Sonrió ella, besándolo rápidamente. —¿Quieres entrar? —Propuso.

El albino por primera vez se ruborizó al escuchar las palabras de la castaña, quien también lucía sus mejillas rojas.

Sesshomaru

.........................................!!
¿Escuché correctamente....? Quiero... Pero siento que pueda arruinarlo, o ser muy apurado... Pero que digo... Parece ser que no era el único que pensaba en esto de alguna forma.... Ay Dios...

No argumentó nada y comenzó a besarla nuevamente, y se levantó del asiento al mismo tiempo que ella, y lo sorprendió tomándolo de la mano para ingresar con él a su recámara.
El tiempo que llevaba de tratar con él le había demostrado cuán afines eran ambos, su amistad fue saliendo a flote y con ello, sus sentimientos el uno por el otro.

Sabían que no habrían compañeros a los alrededores, y él cerró la puerta de la recámara con seguro, mientras seguía besando los labios de ella con suavidad.
Los pasos lentos de ambos los condujeron a la cama de ella, quien se dejó caer a la misma con el peliblanco sobre ella, aun uniendo sus labios.

Se separó de los mismos para comenzar a besar el cuello de ella, mientras con delicadeza la levantó ligeramente del colchón para liberar el cierre de su vestido, al conseguirlo la dejó nuevamente recostada y bajó lentamente los tirantes del mismo.

Ella no se quedó atrás, sintiendo temblar levemente sus dedos en cuanto comenzó a desabotonar la camisa de él. Al tenerla completamente desabotonada, admiró el torso del chico, sintiendo como sus mejillas ardían nuevamente, le gustaba la figura tan atlética que poseía, su pecho fuerte y su espalda ancha al descubierto, encajaba perfectamente con sus caderas angostas.

Ambos se encontraron en prenda interior al cabo de unos segundos, aunque ella estaba avergonzada, él la alentaba a seguir con dejar suaves besos húmedos por todo su cuerpo, haciéndola sentir un sinfín de emociones con cada contacto.

Era el momento que ella temía.
Sintió las manos de él en sus prendas interiores, siendo invadida por el pudor, detuvo delicadamente al albino, quien la vio a los ojos.

—Yo..... Yo... —Dijo apartando la mirada, pudorosa.

—Si no quieres hacerlo... De acuerdo, no pienso obligarte. —Respondió el de orbes ámbar, sonriendo con calma.

La seguridad que le transmitió aquella sonrisa hizo que se apagasen sus penas y desapareciera su vergüenza. Su rostro sonriente le daba seguridad y le transmitía calma con su semblante tierno.
Lo tomó por la nuca para comenzar a besarlo en el cuello, haciéndolo sentir cómodo el contacto que ella le daba.

¿Y Si Me Eliges A Mi?                           (+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora