Capítulo 32.

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Los varones permanecieron juntos en el piso del comedor, uno de brazos cruzados, el otro con sus ojos cerrados y el último pellizcando el puente de su nariz.

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La castaña tomó su celular queriendo contactar a alguien que pudiera acompañarla, sabia que Kagome estaba ocupada con los preparativos de su vida, por lo cual acudió a Riku.

—¿Hola? —Habló calmándose.

—¡Hola Rin, qué gusto oírte! —Saludó el muchacho.

—¿Puedes acompañarme? Quiero irme de aquí. —Informó acercándose a la salida.

—¿Estás llorando? —Indagó sorprendido. —¿Qué pasó? ¿En dónde estás? —Interrogó.

—En el comercial del norte. —Respondió sentándose en una grada.

—Estoy cerca... —Comentó comenzando a caminar. —Nos vemos pronto.

Al cortar la llamada, ella enterró su rostro en sus rodillas, la situación que momentos atrás había vivido, consideraba era la peor que pudiese haberle pasado en esos momentos.

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—Apenas me creo todo lo que pasó. —Comenzó el peliplata.

—Ni que lo digas. —Respondió el albino.

Estaban tensos con la situación, no obstante, ambos amigos intercambiaron una fría mirada, sin embargo, esta reflejaba un deje de tristeza en ambos, sabían que todo lo que sucedió momentos atrás fue terrible.

—¿Debería ir por ella? —Consultó el peliblanco.

El mayor negó con la cabeza.

—Entiende algo Sesshomaru, ella no fue sincera con ninguno de ambos en un principio, así que lo mejor es dejarla ir y que reflexione. Sin embargo, también deberías considerar terminar con ella, fue evidente que estando contigo aún pensaba en Kirinmaru. —Y se cruzó de brazos.

—Sí, aunque también solía rechazar mis invitaciones a salir cuando conversábamos. —E hizo una pausa. —No quiero decir que yo no insinuase que quería salir con ella, pero es que jamás fue clara conmigo. Nunca me dijo que estaba contigo. —Se dirigió al peliblanco.

—Realmente concuerdo con él. —Habló el de orbes ámbar. —Tampoco es que quiera encontrarla culpable de todo lo que ha pasado, pero en efecto, debió decirme qué pasó antes.

—Es cierto, no puedes culparla del todo, porque también hicieron mal en pelear por ella. —Y frunció el ceño. —Me sorprende que hayan hecho eso cuando siempre me fijé en lo cercanos que son. —Arqueó su ceja.

Ambos varones se miraron unos momentos, sabían que tiempo atrás su amistad iba mas allá, cosa que el peliplata no tenia conocimiento, aunque si entendía lo cercanos que eran ellos.
Otro punto, su amistad no podía terminar de esa manera, tenían años de ser amigos ¿Y dejar de lado su amistad por un problema? Nunca harían cosas así, puesto que se llevaban bastante bien, y con suerte cada que tenían un desacuerdo sabían arreglarlo.

No obstante, aún rondaba por su mente la disputa a la que se sometieron aquella tarde en los pasillos, no sabían en si cuál fue el impulso que los llevó a los golpes incluso, aunque una parte de ambos les decía que todo se derivaba del aprecio que se tenían.

¿Y Si Me Eliges A Mi?                           (+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora