Capítulo 1.

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La alarma de su reloj comenzó a sonar,alertando a la chica sobre el amanecer que ya estaba presente.
Se incorporó de la cama,estirando su torso,apagando el sonido del reloj.

Se colocó sus zapatos de estar por casa,abriendo las cortinas de su habitación,admirando el sol en todo su esplendor. Una tenue sonrisa adornó su dulce rostro,y dispuesta a continuar su rutina,se dirigió a su guarda ropa,donde tomó su uniforme del trabajo.

Al acabar de arreglarse,peinó su castaña cabellera,haciéndose una coleta. Tomó su bolso,y bajó hacia el comedor.

—Buenos días Rin. —Saludó la mayor.

—Buenos días Kaede. —Saludó cálida,en una sonrisa,mientras dejó su bolso en la silla,ayudando a la mayor a servir su desayuno.

—Gracias linda. —Dijo la mayor, sentándose a su lado.

—Hoy estoy tan feliz. —Comenzó la menor,llevándose una cucharada de comida a la boca.

—¿Que te pone tan contenta? —Inquirió la mayor.

—Hoy voy a recibir mi salario,¡y con eso ya puedo completar la primera parte para poder entrar a la universidad! —Dijo entusiasmada.

—Me alegra tanto escuchar eso Rin... —Dijo acercándose a ella,dándole un ligero abrazo.

Ella se encontraba sumamente contenta con aquello,ya que desde que tenia corta edad,había perdido a sus padres,por lo cual estaba sola,hasta haber conocido a Kaede,quien se había convertido en una madre para ella. Ahora la chica contaba con 16 años,a lo que se había dispuesto a conseguir empleo,como bien había mencionado,su sueño era ir a la universidad.

Se despidió de ella,luego de ayudarla a lavar sus platos,lavándose los dientes,y partió hacia su empleo.
Ella trabajaba en una pequeña cafetería,la cual no quedaba demasiado lejos,y con suerte,podría seguir trabajando mientras conseguía comenzar sus estudios en la universidad.

Como cada mañana,era una de las primeras en entrar,saludaba con una dulce sonrisa,cálida y amable,mientras dejó sus pertenencias en su casillero,procediendo a colocarse el delantal. Se dirigió a colocar las mesas,acomodar las sillas,y asi comenzó su jornada cotidiana.

Y sus clientes comenzaron a llegar,ella era mesera,por lo cual siempre trabajaba con aquella sonrisa.

Sin embargo,esa mañana,parecía que todo iba al revés. Mientras llevaba unas tazas con café sobre la bandeja,un perro entró a toda prisa al lugar,haciéndola flaquear,aunque a tiempo pudo detenerse de la barra.

—¡Jaken! —Se escuchó a las afueras del lugar,tal parecía ser el dueño del animal.

Este se quedó olfateando unos momentos,y apareció un joven,tomando al animal.

—Perdone las molestias. —Se disculpó con la joven.

—Oh... No,no... Descuide. —Y miró al perro. —Hola cachorro. —Lo saludó acariciándole la cabeza.

—¡Te dije que no soltaras a ese perro! —Entró un joven de plateados cabellos.

—Disculpe mi señor. —Se disculpó tomando al perro.

El peliblanco rodó sus ojos ámbar,negando con su cabeza. Y ordenó a lo que parecía ser su sirviente,se llevase al animal.
Al marcharse,tomó asiento en una de las mesas del fondo,dirigiendo su vista de manera neutra al menú.

—Buenos días. —Saludó la castaña. Él la observó de reojo. —¿Deseas algo de comer? —Inquirió,amablemente sonriente.

—Café. —Respondió él, entregándole el menú. Ella asintió.

¿Y Si Me Eliges A Mi?                           (+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora