SOLAR
Decir que me encontraba emocionada por la pelea era verdad, pero al momento de la intervención humana me había aterrado, no podíamos dejar que sus vidas corran riesgo, pero ahí estaban ellos haciéndolas sufrir a ambas jóvenes.
Me acerqué rápidamente al que me tocaba, lo iba a matar como a de lugar, la chica estaba llorando, lo cual me partió el corazón, debía salvarla.
- Déjala en paz maldito demonio.
- Ese vocabulario ángel.
- Sabes que no debes meterte con los humanos, son órdenes de Dios.
- No le hago caso a Dios ¿lo recuerdas? Soy un demonio.
- Eso implica la muerte.
- Vamos a ver de lo que eres capaz.
De inmediato huyó con la joven entre sus brazos, realmente me la estaba poniendo difícil en todo momento, era mucho más rápido que yo, pero no podía darme el lujo de parar, no con su vida en juego.
- Atrápala ángel.
La lanzó había arriba, lo cual la hizo gritar de pavor. Rápidamente la tomé entre mis brazos al lograr sostenerla, pero esa era una distracción, una de la cual pude escapar. Casi me inserta su espada, pero segundos antes logré moverme.
De inmediato bajé a tierra firme mientras el dominio nos seguía a ambas. Mientras seguíamos en vuelo intentaba calmarla.
- Tranquila por favor... no llores, no me ayudas si sigues llorando.
Ella intentó calmarse, me vio y me preguntó aterrada por la otra chica:
- ¿Dónde está Hyejin? ¿Dónde está?
- Mi acompañante la esta ayudando, no dejará que nada le pase. Pero por ahora primero debo ocuparme de ti.
- Ven acá maldito ángel!!!- gritaba el demonio detrás nuestro.
Al llegar a tierra la dejé en un lugar seguro y me enfrenté al demonio con mi espada, debo asesinarlo como a de lugar.
Al final luego de varios cortes, patadas y pueñetes logré darle la clavada directo a la yugular. Luego le volé la cabeza y me dejé caer por el cansancio, había sido devastador.
Luego de respirar un poco alcé mi mirada y me encontré con los ojos de la joven de cabello castaño, quien me colocó encima su casaca para quizás protegerme del frío.
- ¿Estás bien?- preguntó preocupada.
- Necesito recuperar fuerzas.- le sonreí.
Miramos al cielo y vimos la situación de arriba, Wheein necesitaba ayuda, pero no tenía las fuerzas suficientes. De todas maneras debía ayudarla así que decidí apoyarme en mi espada para levantarme, pero me detuve al oírla en mi cabeza:
Ni se te ocurra venir, descansa, yo me encargo de este maldito demonio, protege a la chica con tu vida Yong. Hiciste un buen trabajo.
- Dice que ella la salvará, no te preocupes ¿si?
Simplemente asintió y se sentó a mi lado, estaba temblando así que tomé su mano para tranquilizarla sin decir mucho.
- Me llamo MoonByul Yi. Pero me dicen Byul.
- Es un lindo nombre Byul.
