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- Gabriela.
- Abuelo.
- Necesito enviarte a una misión.
- Claro ¿qué hay?
- Hay un par de demonios en la tierra, necesito que los detengas.
- Uhmmm... un par...
- No irás sola, son muy revoltosos.
- ¿Con quién iré?
- Con Solar.
- Es buena compañía, será de mucha ayuda.
- Confío en ustedes dos para esta misión.
- No hay problema abuelo, los detendremos.
Inmediatamente Wheein se dirigió a la casa de Yong, sus padres la recibieron y se dirigió a su habitación, le habían comentado que estaba durmiendo y cómo la menor era bromista la despertaría.
Al entrar justamente la vio durmiendo plácidamente, cerró la puerta en silencio y se acercó a ella.
La miró detenidamente a su mayor, tenía un rostro pequeño con enormes cachetes que la hacían ver como un conejo por sus expresiones faciales, enserio era muy bonita. Tenía los ojos cerrados pero sabía que sus ojos irradiaban dulzura en todo momento, nunca guardaba rencor. A pesar de ser ángeles podían sentir de todo.
Se acercó en un pequeño impulso y le depósito un corto beso en los labios, en eso YongSun abre sus ojos por la sorpresa. La más baja estaba más que aterrada ¿había estado despierta? Eso si que era vergonzoso.
- Uhmmm... venía a hablar contigo.- dijo nerviosa.
La mayor se levantó, tomó el rostro de Wheein y se acercó a ella para besarla. La rubia se quedó estática por unos segundos pero luego le correspondió el beso para poder librarse de las dudas.
Al separarse se miraron detenidamente y YongSun decidió decir algo:
- Sinceramente no es lo que pensaba que sería.
- Dime que no te gusto por favor.
- No me gustas Wheein, te veo como mi pequeña hermana.
- Yo como mi hermana mayor.
- ¿Amigas?
- Hermanas
Se dieron un abrazo y luego decidieron conversar acerca de la misión, se dedicaron a plantear miles de estrategias y obstáculos, debían de saber a qué se enfrentaban. Tenían que ir a la Tierra y escabullirse en todo momento para no ser descubiertas.
