- Quiero acabar con mi vida!!!- gritó al abismo.
No había nadie alrededor, sabía que quizás Dios la oiria si estuviera vigilandola, pero si lo estaba haciendo deseaba que lo escuchara bien.
- Si fui un error debió deshacerse de mi en vez de mantenerme viva, eso es lo más lógico ¿no? Eliminamos a los demonios porque son un error, un mal, si soy un error debo ser eliminada, debo ser asesinada.
Y ahí el plan perfecto se le ocurrió. Había oído que muchos ángeles habían ido a una batalla así que fue volando de manera rápida al lugar del encuentro.
Ni bien llegó fue tras un demonio y este al verla decidió matarla y claro que ella se dejaría asesinar, era el plan perfecto ¿no?
Cerró los ojos para esperar su muerte, pero en ese momento a su mente apareció el rostro de Hyejin y escuchó su voz de cierto modo diciendole que no lo haga así que se abrió los ojos y esquivó la espada.
- Lo siento, no puedo morir.
Alzó vuelo y huyó del lugar sin importarle nada.
- No pude hacerlo madre.
- ¿Qué pasó cariño?
- Iba a dejar que un demonio me asesine, pero la vi y me dijo que no lo haga.
- Gabriela, no puedes pensar en la muerte, sabes que eso es malo.
- Lo sé madre, lo sé, pero no sé que más hacer.- se echó a llorar.
Su madre lo único que podía hacer era abrazarla, no sabía que más decirle. Ella y Jesús habían dicho de todo para calmarla, habían pasado 2 años desde que YongSun se fue y mientras ella luchaba sola.
