Coral
Tener una crisis económica y comenzar el año escolar no era el mejor panorama del mundo, pero no era algo que me quitara el sueño. Sabía que iba a encontrar una manera de ayudar, solo que no lo había descubierto aún.
Lo peor de todo es que llevaba varios días en la misma situación sin respuesta aparente en mi búsqueda.
—¿En qué piensas tanto? Los últimos días has estado muy perdida en tus pensamientos —Astrid tomó sus cuadernos de la mesa y los guardó en su mochila.
—En una manera de hacer dinero.
—¿Dinero? ¿Para qué lo necesitas?
Hablar sobre mi vida privada no era algo que me gustara del todo. Me agradaba Astrid, pero no la conocía lo suficiente para contarle ese tipo de cosas.
—Para comprar un caballo —bromeé.
Ella era una chica que se reía con mis ocurrencias y no seguía preguntando ni se inmiscuía si notaba que yo no le daba más información. Esa forma de actuar le daba muchos puntos a favor.
—Okey, pues... Tal vez te sirva hacer una lista de lo que puedes vender o también podrías buscar un trabajo después de clases.
—He visto todo tipo de opciones, sin embargo, siento que nada sirve.
Ambas emprendimos rumbo hacia el quiosco del instituto.
—Bueno, te ayudaré a pensar. Ya verás cómo muy pronto estarás generando una fuente de ingresos que se ajuste a tus circunstancias.
No dije nada, solo me limité a sonreír en respuesta.
Debido al despido de mi hermana, no había tenido la motivación suficiente para poder crear mi reputación de chica problemas en el instituto y estaba a punto de cumplir mi primera semana sin haber causado ningún problema, claro, a excepción de los pequeños traumas que causé en el profesor de matemáticas que me miraba con cierto recelo cada vez que entraba a su clase.
—¿Qué vas a comprar para comer? Hoy es un día genial —sus ojos brillaron con emoción—. En este instituto hay una tradición dónde cada jueves traen unos pasteles exquisitos para vender.
La pelirroja miró con mucha ilusión en dirección hacia el quiosco y apresuró el paso en vano, ya que nos detuvimos en la fila para esperar nuestro turno.
Por mi parte, me limité a meter la mano en el bolsillo del pantalón de mi uniforme y tomé las vagas monedas que el abuelo me había dado por la mañana.
—No tengo hambre —mentí—. Quizá me compre un jugo o un chupetín.
Sentí la presencia de alguien situándose detrás de nosotras y giré mi cabeza levemente para encontrarme con Eros.
Intentar sacarle una palabra era tan inútil como lograr que los perros maullaran; y eso, por alguna extraña razón me interesaba aún más. Si las circunstancias hubieran sido otras, habría utilizado mi semana en tenerlo como objetivo para acercarme a él.
—Coral.
Astrid me codeó despacio por el costado para sacarme de mis pensamientos y eso logró que nuestro silencioso y apuesto compañero de clases alzara su vista conectando sus ojos conmigo por unos segundos.
Una chica normal se hubiera sonrojado o quizá evadido la mirada, pero yo permanecí con la vista fija en sus intrigantes ojos verdes y esbocé una leve sonrisa. Una sonrisa que le advertía indiscretamente que en algún momento iría por él.
Pero ni siquiera se inmutó.
—Hola —saludé al fin.
Él solo alzó su cabeza a modo de respuesta tal como lo habría hecho un amigo de barrio. Aunque si lo noté un poco desconcertado por mí actitud.
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En La Mirada De Eros [03 - SpinOff] TERMINADA✔️ #Wattys2023
Teen Fiction«Hay veces que el amor más intenso se oculta detrás del silencio más profundo». ---------- Eros Sadik. ¿Qué se podría decir de él? Todo lo que define su persona es el silencio. El quinto y último hijo de la familia Sadik jamás se preocupó por demost...