Eros
Pensar que la primera semana terminaría sin ninguna novedad —aparte de las sorpresivas disputas que provocaba la chica nueva—, claramente, había sido un gran error.
Pensar que ella se iba a quedar de brazos cruzados después de vociferar a los cuatro vientos que la señora Redelfs era una ladrona, también había sido un fatídico error.
Coral Edevaine había demostrado en tan solo cinco días de que era de todo, menos una chica que solo se limitaba a hablar. Ella no amenazaba en vano.
Pero, ¿quién iba a pensar que se iba a montar su propio negocio en el salón de clases? Eso era algo que nunca habíamos visto ni mucho menos oído. Claro, Daily era un instituto público, no tenía mucho prestigio y era aburrido. Las personas que comenzaron su vida escolar en el instituto y la terminaron sin haberse cambiado de instituto ninguna sola vez en su vida podían dar fe de ello.
Todo era monótono en Daily hasta la llegada de ella.
—Te fue demasiado bien en la venta. Pensé que era una idea loca, sin embargo, tuvo muy buena acogida —Astrid miraba con orgullo a la pelinegra.
En parte me alegraba que haya conseguido una amiga. Siempre fue solitaria y andaba a la defensiva, pero no sabía si la chica nueva suponía ser una buena amistad para ella.
—Yo sabía que me iría bien. Por eso tu opinión fue fundamental ayer. Gracias a ti pude decidir qué comprar en base a los gustos de los chicos de nuestra clase. Aparte, ellos vieron por sí mismo la diferencia de precios —señaló las chucherías que tenía sobre la mesa—. Mientras que con la bruja corrupta podían comprar un Dulce Pop, conmigo pueden comprar dos por el mismo dinero. Lo mejor de todo es que por ambos lados ganamos. Yo tengo dinero y ellos más comida.
Su sonrisa se ensanchó y sus ojos brillaron como si con ellos expresara un total triunfo.
Negué con la cabeza y volví la cabeza a mi libro. Ni siquiera lo estaba leyendo, pero ayudaba mucho para que la gente no me molestara ni tampoco me hablara. Aunque, por más que quisiera, no podía dejar de prestar atención a la conversación de ambas chicas que solo estaban a un par de metros alejadas de mí.
—¿Y qué dijo tu familia?
—El abuelo me apoyó y mi hermana me pegó con el cucharón en la cabeza, pero finalmente terminó accediendo. De todas formas, le expliqué que era una manera de aprender a administrar mi propio dinero.
Ambas rieron en conjunto.
—Ya veo... ¿Y qué pasa con la directora, profesores y la vendedora del instituto? ¿Esto no te traerá problemas?
—No tengo idea y tampoco me importa —su tono de voz fue despreocupado—. En ninguna parte del reglamento escolar se prohíbe vender. Y por algo llegué más temprano hoy, para que la venta no interfiriera con la primera clase. Aunque no creo que haya tenido problemas con la profesora Johanna, ella es la más agradable de todos.
Tenía razón, la palabra que mejor describía a la profesora de literatura era libertad. Ella era un alma libre e instaba a sus alumnos a hacer lo mismo. De hecho, lo más seguro era que iba a apoyar a Coral con su proyecto.
—Rayos.
El sonido de caramelos cayendo al suelo me hizo girar levemente la cabeza para fijarme en el suelo donde todo estaba esparcido con dulces de diferentes marcas, sabores y estilos. Iban desde bizcochuelos hasta unas paletas como lo era el Dulce Pop, paleta que llegó rodando y se detuvo justo en mi pie.
Ambas chicas se apresuraron en recoger las cosas y la pelinegra llegó a mi lado recogiendo el dulce.
Al notar que mi mirada estaba pendiente de la escena, me sonrió. Algo que parecía ser muy característico en ella.
ESTÁS LEYENDO
En La Mirada De Eros [03 - SpinOff] TERMINADA✔️ #Wattys2023
Ficção Adolescente«Hay veces que el amor más intenso se oculta detrás del silencio más profundo». ---------- Eros Sadik. ¿Qué se podría decir de él? Todo lo que define su persona es el silencio. El quinto y último hijo de la familia Sadik jamás se preocupó por demost...