Coral
Educación física era una de las clases en las que más me divertía por el simple hecho de que el profesor centraba los deportes en juegos... juegos donde se formaban dos equipos y siempre se debía competir. Así que, aquella iniciativa, lograba que todos quisiéramos competir unos contra otros. Más que aprender, era para destrozar al contrincante.
Quien no se divertía mucho con la actividad establecida por el profesor Mauro, era Astrid, quien siempre tenía problemas con él al inicio de cada clase.
—Astrid, entiendo que los uniformes escolares no sean económicos, de hecho, lo comprendo. Pero me cuesta creer que, de los cinco años que llevo trabajando en Daily, sigas teniendo el mismo problema. No puedo dejarte pasar que todos los años utilices uniforme deportivo que no corresponde al establecimiento.
—Pero no puedo hacer nada al respecto, profesor. Mi madre no me presta atención cuando le llevo su notificación, ¿qué se supone que debo hacer si solo soy una adolescente que no tiene trabajo?
El profesor acarició sus sienes, supuse que cansado por estar lidiando con este tipo de situaciones.
—Sí, ya lo sé. Me has dicho lo mismo antes...
—¿Entonces para qué le vuelve a preguntar y la sigue atormentando si ya sabe la respuesta? —solté sin pensar a lo que ambos giraron sus cabezas en mi dirección.
—Coral... No quiero tener problemas contigo, ya sé la fama que tienes en este instituto y no quiero terminar renunciando o en redes sociales siendo humillado por ti —habló el profesor, aunque pude distinguir cierto toque de diversión en su tono de voz.
Sonreí con inocencia.
—Lo siento, solo digo la verdad... ¿Para que sigue dándole vuelta al asunto si llegará al mismo lugar? Le creo su discurso si mi amiga no cumpliera con sus labores como estudiante, no realizara las actividades físicas en sus clases o la ropa que usa no le permitiera desarrollar a cabalidad lo que usted nos estipula, pero Astrid es una buena estudiante. Deje de amargarse la vida y mejor empecemos con la clase, ¿no cree?
El profesor Mauro boqueó unos segundos hasta que finalmente expulsó un resoplido y se cruzó de brazos.
—Está bien, vayan a sus lugares.
Aquellas palabras fueron suficientes para que la pelirroja y yo nos fuéramos a hacer fila con el resto de nuestros compañeros antes de que el profesor se arrepintiera de haber perdonado a mi amiga por no llevar la vestimenta deportiva de Daily.
—Gracias por ayudarme —Astrid habló bajito, solo para que yo la oyera, a lo que respondí con una media sonrisa y le guiñé un ojo.
—Bien, chicos. Hoy pondremos a prueba qué tan competitivos son —juntó ambas manos y nos analizó con detenimiento—. Vamos a jugar a las quemadas.
Escuchar el nombre de la actividad iluminó de inmediato mi ser y esbocé una sonrisa sin poder retenerla. Amaba jugar a las quemadas, era una oportunidad única para golpear a mis compañeros con un balón sin el miedo de salir expulsada en el acto. Cuando me percaté de que la gran mayoría celebró y solo un pequeño grupo se quejó —aquel grupito eran los retraídos que odiaban todo tipo de deportes, entre ellos se encontraba Astrid—, supe al instante que sería más divertido jugar a las quemadas.
—Puesto que el día de hoy asistieron treinta y dos alumnos, formarán cuatro grupos de ocho personas. Necesito que cuatro personas se ofrezcan como los embajadores, o capitanes, de los grupos que se escogerán, ¿algún voluntario?
Para mi sorpresa, el primer nombre que dijeron unos diez a la misma vez como petición, fue el de Eros. Y lo que terminó de impresionarme fue que él no se negó ante la insistencia de nuestros compañeros.
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En La Mirada De Eros [03 - SpinOff] TERMINADA✔️ #Wattys2023
Novela Juvenil«Hay veces que el amor más intenso se oculta detrás del silencio más profundo». ---------- Eros Sadik. ¿Qué se podría decir de él? Todo lo que define su persona es el silencio. El quinto y último hijo de la familia Sadik jamás se preocupó por demost...