Eros
Beda estacionó el coche en los estacionamientos afuera del Instituto. Había decidido saltarme las dos primeras clases para llegar junto a mi hermano a la citación de la directora Neels.
—Bien..., —dijo, quitándose el cinturón—, entonces, si entendí bien... La chica y tú, volcaron unos tubos con químicos por accidente, ¿verdad?
—Ajá.
—¿No me voy a encontrar con ninguna sorpresa más?
—No.
Cuando pensé que aquella información era suficiente para que nos encamináramos rumbo a la oficina, no fue así. Mi hermano permaneció en el interior de su coche, ensimismado.
—Hay algo que no me cuadra —giró su cabeza para analizarme, cosa que no me gustaba de su parte. El lado intuitivo de Beda era algo que me incomodaba demasiado.
—¿Qué? —Lo miré sin ninguna expresión; era como un modo de protección para que no me escudriñara más a fondo.
—Es que ayer nos dijiste que no hiciste nada, y ahora me dices que juntos derramaron aquellos implementos. No puedo ayudarte si no eres claro con tu relato, Eros.
Evadí su mirada y me centré en la entrada del Instituto. Como si de coincidencia se tratase, me enfoqué en la peculiar e irritante chica que me había involucrado en el problema, entrando a Daily en compañía de su abuelo.
La paciencia de ese señor valía oro. Lo citaban muy seguido y nunca llegaba enojado mientras que su nieta no se preocupaba en lo más mínimo de querer cambiar.
—Quédate con la parte en que ambos fuimos los culpables, ¿de acuerdo?
Una leve sonrisa apareció en su rostro.
—Claro, como digas.
Dicho eso, y al no tener nada más que hacer al interior del carro, ambos nos apeamos del auto para dirigirnos rumbo al interior de Daily. En cuanto pusimos un pie en los pasillos del Instituto, los suspiros y halagos por parte de la población femenina —aunque también hubo un poco por parte de la población masculina—, no tardaron en hacerse presente.
Aquello me fastidió en parte, muy por el contrario de Beda, quien le sonreía a todos con cortesía. A mi hermano nada le molestaba.
—¿Eres muy popular en Daily? —Indagó al percatarse de que toda la atención estaba puesta en ambos.
Enarqué una ceja, incrédulo, y lo miré. No obstante, Beda no tenía ningún rastro de estar bromeando al respecto.
—Te están mirando a ti, no a mí.
El que estuviera vestido de traje, fuese guapo y que, para sumar puntos, tuviera una personalidad agradable, de inmediato lo convertía en el centro de atención. Aunque sabía que mi hermano era demasiado humilde como para aceptarlo. Muy a diferencia de su gemelo, si Cory hubiese sido el adulto responsable para representarme por mi mal actuar, habría aprovechado la oportunidad para dar autógrafos, sacarse una fotografía y pedir el número de chicas guapas.
—¿Por qué dices eso?
—Olvídalo —bufé.
Seguimos caminando, y de paso ignorando a mis compañeros con las hormonas a tope, hasta que llegamos a la oficina de la directora. En el lugar, se encontraba Coral y su abuelo en espera de que nos llamaran.
A pesar de que estaban hablando bajito, pude escuchar su conversación, la cual era un tanto peculiar:
—Tal vez debas disminuir un poco tus travesuras, estoy en un club para adultos mayores y hoy nos tocaba jugar ajedrez. Yo quería participar y comer del pastel que nos brindan en ese lugar. Aparte, tienen un televisor donde todo el día muestran programas judiciales..., ¡es el paraíso! —Exclamó el señor.
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En La Mirada De Eros [03 - SpinOff] TERMINADA✔️ #Wattys2023
Teen Fiction«Hay veces que el amor más intenso se oculta detrás del silencio más profundo». ---------- Eros Sadik. ¿Qué se podría decir de él? Todo lo que define su persona es el silencio. El quinto y último hijo de la familia Sadik jamás se preocupó por demost...