En La Mirada De Eros [03 - SpinOff] TERMINADA✔️ #Wattys2023

Capítulo 29

Dedicado a la chica Damaris_R5er que adivinó el nuevo nombre que tendrá el nombre de Aydin cuando suba la nueva edición. En unos días lo subiré a mi instagram junto a la nueva portada. Estoy muy emocionada😭❤️

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Coral

Mi momento de ver a Astrid en un ataúd había llegado. La verdad es que decidí esperar hasta el día siguiente para hacerlo puesto que recibí una noticia no muy agradable cuando llamé al oficial de policía para preguntar por la situación de mi amiga, donde él me informó que durante la noche iba a ser velada en casa de sus padres, pero que en la mañana sería desplazada al Instituto Daily porque el nuevo director se había enterado de lo sucedido y quería que sus compañeros estuvieran con ella hasta el último minuto.

Así que cuando leí el mensaje de Eros en el que se ofrecía llevarme y estar conmigo en ese momento, preferí decirle que nos veríamos en Daily y le pedí otro favor a cambio, ya que en serio necesitaba un tiempo conmigo misma para pensar muy bien lo que debía hacer sin dañar el respeto que Astrid se merecía en su funeral.

Según había oído, su familia sería investigada después de que todo el luto finalizara, pero aquella estupidez no la iba a dejar pasar porque era claro que toda situación que se aplazaba, pasaba al olvido. Y yo no estaba dispuesta a olvidar el calvario que sufrió mi amiga horas antes de fallecer; ella merecía justicia. Planeé todo lo que haría antes de llegar al instituto, solo faltaba esperar el momento indicado para hablar.

Tomé una bocanada de aire antes de dar un paso al interior de Daily. El abuelo, quien me acompañaba a paso lento, se detenía cuando yo lo hacía, dándome mi espacio y tiempo para poder avanzar a lo que no quería ver, pero que debía enfrentar porque ya no había vuelta atrás.

Mi atención se centró en el resto de los alumnos que caminaban a paso apresurado rumbo al gimnasio más grande del Instituto, donde se suponía que yacía el cuerpo de mi amiga en un féretro. La molestia al ver aquello renació en mí, en realidad, todo me enfadaba a cada segundo, pero ese no era el tema sino que lo que más me enfurecía era saber que, hace una semana atrás, esas personas ni siquiera tenían conocimiento de quién era Astrid, y ahora todos corrían sin ningún pudor alguno, más para saber qué pasó en vez compartir el sufrimiento que sus cercanos estábamos padeciendo.

Caminar por los pasillos resultó ser una tortura que jamás pensé que viviría. Lugar en el que posaba mi vista, lugar que rememoraba lo que hacía con Astrid, ya sea cuando conversábamos, cuando pasábamos el rato antes de ir a clases o cuando reíamos. Todo, todo me recordaba a ella y dolía porque no quería dejarla ir.

Me detuve a unos pasos antes de ingresar al gimnasio. Desde afuera podía escuchar los murmullos del tumulto de personas que se hallaban en el interior. Por un instante tuve el impulso de darme la media vuelta y salir corriendo, como si con eso fuera a cambiar de alguna forma la realidad, pero me resistí a hacerlo porque Astrid hubiese querido que yo estuviera ahí. Un suspiro tembloroso escapó de mis labios y el abuelo me tomó la mano, envolviéndome con la calidez de tu tacto.

—Mi niña...

Miré al abuelo y lo primero que distinguí fue el brillo que tenía en sus ojos dándome a entender que él estaba sufriendo al igual que yo por lo sucedido. Él me estaba explicando y transmitiendo de una forma no verbal que me comprendía, que no estaba mal llorar ante la situación, sin embargo, yo no podía..., no me podía derrumbar antes de la batalla.

—Vamos, abuelo —le dije, tragándome junto con ello el nudo en mi garganta que no hacía más que crecer con el paso de los segundos.

En el momento que me llegó un segundo de valentía, lo aproveché para dar los pasos que me faltaban para entrar al gimnasio. Lo primero que vi cuando lo hice fue a la gran cantidad de alumnos, profesores y personas desconocidas que había en el lugar. Luego mi atención recayó directamente en el féretro que yacía frente al escenario. El aire que tenía contenido en mis pulmones se fue de un suspiro, el nudo que tenía en mi garganta se expandió hasta mis pulmones y mi corazón, erradicando en aquellos lugares un dolor insoportable.