Eros
Un día miércoles, Coral desapareció del Instituto sin razón aparente y al día siguiente tampoco hubo rastros de ella por ningún lado. Sin embargo, sabía que de algún modo todo estaba bien porque Astrid se veía tranquila a pesar de su apariencia que cada día se veía un poco más despreocupada. Pero horas más tarde, ella también abandonó antes el establecimiento.
¿Era extraño? Sí.
¿Me importaba? No.
Solo resultaba curioso que la chica problemas y su amiga se fueran repentinamente de clases y que una de ellas desapareciera sin razón aparente a pesar de que Astrid si volvió al instituto el día siguiente.
—Ya es viernes. Sentí que la semana pasó demasiado rápido —comentó Kate a mi lado mientras miraba el cielo que tenía unos cuantos nubarrones grises.
—Para mí todos los días son eternos en este instituto —resoplé.
Ella soltó una pequeña risita y soltó mi mano para tomar el casco. Yo tomé el mío para ponérmelo.
—Es comprensible sabiendo que no te gustan los estudios. Si fuese un establecimiento que hable de motocicletas, lo más seguro es que serías el alumno número uno del lugar.
—Es diferente. Para montar una motocicleta no debo estudiar libros.
—Sí, lo sé. Aprendiste observando a tu abuela.
Sonreí y asentí.
—Siempre llamó mi atención.
—Por eso eres el mejor en las carreras —alzó ambos pulgares en señal de aprobación—. Volviste a hacer historia en el evento del viernes pasado. Todos hablan de ti. Estoy orgullosa de todo lo que has logrado, Eros.
De inmediato mis pensamientos viajaron a aquel día donde todo fue caos, adrenalina, aventura y con un toque de desconcierto por mis confusos sentimientos que emergieron de la nada. Ignorarlo fue la decisión que tomé para evitar complicaciones.
—Los chicos siempre exageran los hechos.
—No lo creo, tú tienes ese don que te hace único en la competencia. ¿Te has planteado la idea de competir, pero de manera profesional?
—No —contesté—. Me gusta competir de forma clandestina porque en cierto sentido me da libertad mientras que participar profesionalmente sería demasiado estrés. No me gustaría vivir de esa manera, mucho menos si debo rendirle cuentas a otros.
—Oh, ya veo... —sonrió con comprensión—. Está bien, es tu decisión.
No dije más al respecto y ella tampoco, por lo que decidimos montar la motocicleta para irnos, pero nos vimos detenidos cuando Kian apareció a nuestro lado a punto de subirse a su motocicleta.
—Kian —mi novia lo saludó con su mano—. ¿Hoy también irás a visitar a Coral?
Él sonrió de medio lado y asintió como si escuchar aquello le hubiese causado mucho orgullo.
—Así es, le prometí que iría hasta que todo en su casa se solucionara en caso de que necesite ayuda.
Escuchar sus palabras me hizo sentir intriga por la situación de mi compañera, y agradecí que hubiera llevado puesto el casco, ya que así no me podían ver.
—No tengo conocimiento de la situación por la que ella está pasando, pero espero que todo mejore. Si la llegas a ver, mándale mis saludos.
—Le daré tus saludos, enana —se puso el casco y se montó en su motocicleta—. Adiós, chicos.
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En La Mirada De Eros [03 - SpinOff] TERMINADA✔️ #Wattys2023
Teen Fiction«Hay veces que el amor más intenso se oculta detrás del silencio más profundo». ---------- Eros Sadik. ¿Qué se podría decir de él? Todo lo que define su persona es el silencio. El quinto y último hijo de la familia Sadik jamás se preocupó por demost...