|OCHO|

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|08|Este momento

–Puedes dejar de mirarme –comento el pelirrojo tratando de desviar la mirada de su compañero.

–No.

–¿Por qué me miras tanto entonces?

–Solo admiro lo horrible que eres viejo–contesto con una sonrisa.

Pico soltó una risa ahogada para después lanzarle uno de los panes tostados a la cara recibiendo una queja por parte de su compañero quien tomo el pan –que por suerte cayó sobre la mesa– y lo mordió en frente de él, masticando con la boca abierta en forma de burla.

–No seas asqueroso viejo.

El contrario hizo una mueca de asco tomo su taza de café y prefirió alejarse del chico de cabellera celeste. Tomo asiento en el sillón.

–¿Qué? No voy a desperdiciar, no soy rico –contesto mirándolo desde su banquillo.

Era lunes por la mañana, habían pasado todo el fin de semana encerrados en aquel pequeño departamento, por culpa de las fuertes lluvias que arruinaron los dos días de descanso del menor. Aunque realmente lo disfrutaron viendo películas retro en la computadora del menor –ya que este no poseía una televisión– sentados en el sillón o acostados cada uno en su lado en la cama del menor. Fue un fin de semana de vagancia, solo se dedicaron a ver todas las películas de acción ochenteras, noventeras y algunas del inicios del 2000 (siendo las favoritas de ambos hombres) que se le ocurriesen. Siendo Predator la favorita de Pico y toda la saga de Kill Bill la de Keith. Y no olvidemos que la comida rápida no faltaba. Evidencia aquellos días eran las cajas de pizza, envases de comida china y envoltorios hamburguesas esparcidos por la mesita de café e isla de la pequeña cocina.

Keith observa los movimientos de su amigo, de nuevo verlo de forma tan calmada y una liviana sonrisa adornando su cara provocaba una extraña sensación de tranquilidad –como si quisiera ver esa sonrisa todas las mañanas–. Era raro ver a su compañero de esa forma sin que se diera cuenta de sus acciones.

–Keith ¿Por qué me miras tanto? –le pregunto extrañado al sentir su mirada sobre él.

El mencionado se puso nervioso al ser atrapado, por otro lado Pico no sabía porque su mejor amigo lo miraba tanto desde que sucedió lo del estacionamiento. Para ser justos Pico también le dedicaba una que otra mirada pero el si sabía ser discreto, aunque pasaron estos días con calma y bromas existía una tención que ninguno de los dos quería hablar según por el "bien" de su amistad. Dejo su café sobre la mesa –siendo que antes de hacerlo tuvo que mover algunos envoltorios para colocarlo ahí–.

–Pico te puedo preguntar algo.

El mayor asintió y solo se quedó mirando a su amigo esperando a cualquier pregunta "idiota" que le diría, pero ese pensamiento fue esfumado al ver lo serio que se puso el chico de cabellera teñida. El peli celeste abrió la boca para hablar pero el sonido del timbre de la puerta lo desconcentró.

–Creo que deberías de ver quién es y después me preguntas lo que quieras –hablo el contrario.

El dueño del departamento se levantó de su asiento y camino hacia la entrada, abrió un poco la puerta de madera blanca para asomar su cabeza

–¿Lila? –hablo sorprendido al ver a su compañera de trabajo y vecina de arriba frente a su puerta.

Abrió por completo la puerta mostrando mejor a la mujer de cabellera larga –la cual ahora se encontraba sujetada con una coleta–. Traía puesto su uniforme se veía apurada y detrás de ella se encontraba dos pequeños niños de no más de 8 años. Ambos infantes aun traían puesta su pijama uno de cuerpo completo que daba la figura de un esqueleto y el otro de tres piezas las del cuerpo eran de tonalidades oscuras, otras parte blancas y un gorro simulando una calabaza.

|| Afterglow || BF x PicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora