|TREINTA Y DOS|

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|32|Hambriento

Se encontraba los dos juntos en la parte trasera de un taxi. El carro se encontraba en un profundo silencio, no decían nada pero tampoco era necesario hacerlo. Ambos estaban cansados después de una larga espera –lo más probable fueron como unas tres horas de silencio y bostezos– para que el avión de su amiga llegara y despegara rumbo a New York. Con intención de ir a despedirse, al igual que acompañarla todo ese rato terminaron realmente exhaustos lo cual era raro después de toda una temporada trabajando el turno nocturno. Sera porque no habían dormido nada, después de todo hoy era su día libre, o mejor dicho su noche de descanso y querían aprovecharlo en ayudar a empacar y cargas las cosas de la castaña.

Fue una noche muy agotada. Ahora con solo cumplir su objetivo de dormir largas horas. Se dirigían al departamento del mayor para dar por finalizada la noche.

Pico despego su vista de la ventana, aburrido, prefirió observar a su compañero quien solamente mantenía la mirada muerta sobre el cristal de su lado del auto. Los platinados del mayor quedaron hipnotizados al ver el relajado y monótono rostro de Keith siendo iluminados por una gran variedad de colores neón de las luces de los establecimientos donde pasaban. Todo este rato que pasaron con la castaña pudo apreciar como su amado se mantenía serio y algo triste a pesar que intenta ocultarlo con una sonrisa falsa. Pico podía notar que algo mal sucedía con él.

El enfermero giro su vista al sentir su mirada sobre él, en lugar de enojarse o reclamarle, le sonrió con tristeza reflejada en aquel par de ojos oscuros. El menor sin pensarlo dos veces se acerca (en pequeños movimientos) y cortar la distancia entre ellos. Pico miraba lo que hacía, sin decir nada solo apreciar como él que dejo caer su cabeza sobre su hombro.

Pico sin mucha experiencia en este tipo de casos, simplemente rodeo su brazo sobre los hombros de su amado. Por alguna razón se encontraba nervioso. Puede ser porque no tenía idea de cómo tratar a su no pareja. Nunca antes se había preocupado por los movimientos que hacía, tal vez porque nunca tomo con seriedad sus relaciones pasadas. ¿Cómo podía estar nervioso después de todo vivido? Puede ser porque ahora no quería tomarlo como un juego. Sabia que su amado le ocurría algo y quería apoyarlo a pesar de no tener ninguna puta idea de lo que hace.

La risa divertida de Keith hizo presencia ante los torpes actos de su amado pero aun así apoyo su rostro entre su cuello y hombro provocando un escalofrió en el contrario al sentir la respiración del menor sobre su piel. En verdad apreciaba el esfuerzo que hacía para hacerlo sentir mejor.

Toda la tarde se quedó pensando en su futuro, en lo perdido que se encontraba. Para él sonaba tonto que a pesar de sus 26 años de edad no tenga algo planeado.

–Has estado callado todo este tiempo, ¿Ocurre algo? –comento sin mirarlo.

Él no contesto realmente no quería hablar sobre eso. Aunque confiaba en su amado sentía que tenía que arreglar sus pensamientos primero.

–Solo estaba pensando en muchas cosas– respondió Keith mientras peleaba por mantenerse despierto.

Pico realmente que decir se sentía como la primara vez que llamo a Keith cuando se entero de su rompimiento con la castaña. Suspiro y solo acariciaba de manera dulce y gentil el brazo del contrario.

–Sabes que...

Hablo el menor sin despegar la mirada de sus botas de estilo explorador, recibió un sonido de afirmación por parte del pelirrojo, afirmando que lo escuchaba.

–Tengo mucha hambre –dijo para cambiar de tema.

Pico giro a verlo con la ceja levantada y una sonrisa graciosa marcada en su rostro.

|| Afterglow || BF x PicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora