|CUARENTA|

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|40|Afterglow|Se que te vas: parte dos

Movía sus dedos con impaciencia contra la madera de barda, el cigarrillo a medio acabar reposaba entre sus labios –pareciera que en cualquier momento este se partiría en dos por la contante mordidas que le daba–. Pico no sabía en qué momento un simple cigarro se convirtió en una caja entera. No podía entrar aunque quisiera ir hacia los brazos de su amado. No podía. Miku le advirtió que podía empeorar las cosas si el menor lo mirara así que solamente le queda esperar parado en el pórtico en espera de la dueña de la casa.

Tomo el ya terminado cigarrillo, separándolo de sus labios se quedó un momento observándolo. Keith no le gustaba verlo fumar, nunca se enojó o reclamo cuando lo veía hacerlo. Admirando el hilo delgado del humo cerro sus ojos por un momento para después tirarlo contra el suelo. Lo piso y levanto la mirada encontrándose con esa larga cabellera que caracteriza a su cuñada.

Ella le dedico una mirada triste, en sus manos poseía una escoba y un recogedor (había terminado de limpiar el caos de hace rato) que no dudo dejarlos a un lado para acercarse al pelirrojo.

–¿Cómo está? –pregunto él acercándose igualmente.

La joven no se atrevía a verlo a la cara, solo suspiro y sin verlo directamente trato de darle una (muy) falsa sonrisa. Su ropa y maquillaje estaban hechos un desastre y no olvidemos que aquellos grandes ojos habían perdido su luz. Parecía destrozada.

–Se quedó dormido –respondió en voz baja.

–¿Te dijo que fue lo que paso?

Ella negó con delicadeza. Pico desvió la mirada, se sentía culpable de alguna manera, aunque estaba claro que él no tenía nada que ver. Pero el simple hecho que la persona que tanto amaba se estaba destruyendo y él no lo notaba era lo que más le afectaba. Si tanto presumía amarlo porque no noto aquellas señales. No llevaban ni siquiera un mes y ya lo había arruinado.

Fumaria otro cigarro ahora mismo, si no fuera que ya se habían acabado. Así que solo dio media vuelta para tomar asiento en las escaleras.

–Pico...

Ella coloco su mano sobre su hombro para después tomar asiento a su lado, de uno de sus bolsillos Miku saco una caja nueva de cigarros. Saco uno y lo coloco sobre sus labios para después ofrecerle al pelirrojo. Él la miro extrañado, sabía que ella había dejado de fumar hace años –al igual que él–.

–A veces yo también necesito volver a caer a mis vicios –explico con simpleza.

Pico tomo uno e imito su acción de colocarlo entre sus labios, saco su encendedor para prender primero el de la mujer y luego el suyo. Miku calo del cigarro ara después sostenerlo entre sus dedos y empezar a jugar con el. Se encontraba en la misma situación, se sentían culpables de un crimen que no cometieron. Amaban tanto al enfermero que verlo de tal manera sentía que fallaron en su misión de protegerlo. Incluso si se trataba de protegerlo de él mismo.

–Soy un mal novio.

La joven asiática lo miro con sorpresa, siendo que ella no estaba enterada de la relación, pero aun así se mostró comprensiva y regalo una sonrisa agridulce.

–Claro que no, eres la persona más importante para Keith.

–Pero ¿Por qué no me di cuenta de su salud emocional? lo he visto acabado a causa del insomnio pero nunca sospeche que tendría un ataque de ansiedad a tal punto.

–Si hay alguien a quien culpar es a mi yo lo presionaba para que viera a nuestra madre –con su mano libre tallo sus ojos con fuerza, las ganas de llorar la invadían pero sabía bien que las lágrimas no saldrían después de horas llorando con su humano.

|| Afterglow || BF x PicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora