|TREINTA Y CUATRO|

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|34|Me canse

Se encontraba sentado en las viejas escaleras de madera que conectan con el pórtico de la casa, observando con tranquilidad a los niños de la calle jugar con sus bicicletas o simplemente corriendo uno detrás del otro. Tomo un trago a la cerveza oscura que tría a su mano. Al parecer el lugar no había cambiado nada desde que se mudó al otro lado del país. Cerrando sus oscuros ojos dejo escapar un soplido de sus labios. Y como no extrañar aquella ligera brisa que llegaba desde el mar y que movía sus cabellos celestes con gentileza que le provocaba sueño con solo estar allí sentado sin hacer nada.

Los cálidos y últimos rayos del día inundaban su cuerpo coloreándolo de una paleta de colores anaranjados, rosados y rojizos, no faltaba mucho para que la noche gobernara los cielos.

—¿Puedo acompañarte? —escucho la voz de su hermana atrás de él.

Al verla vestida con un conjunto de ropa más cómoda de lo acostumbrado (siendo solamente una blusa gris de tirantes, uno short negro y unas sandalias del mismo color). Miku seguía siendo la misma mujer hermosa sin importar lo que usara.

Una sonrisa calmada —al mismo tiempo desprendía cierta ternura— adornaba su fino rostro. Él asintió en silencio ante su petición, haciéndose a un lado para que la joven se sentara. Lo cual ella no dudo y se acomodó en su lado.

Boyfriend ofreció de su cerveza y ella lo tomo para beber un trago de esta, limpio sus labios con su muñeca y devolvió la botella a su dueño.

—Gracias.

—No hay de qué —respondió para después seguir mirando hacia frente.

Ella lo miro por un momento, dudando o no en hablar.

—¿Podemos hablar?

Él giro a verla con la ceja arqueada y una expresión molesta.

—¿Hablaremos de ella? —pregunto serio por el tema de su madre.

Ella negó levemente su cabeza al mismo tiempo que un <<no>> salió de sus rosados y a la vez pálidos labios. El contrario cambio su expresión a una confusa, pero no dijo nada solo la miro esperando a que continuase.

Al ver como la mujer de pelo teñido mordía su propia mejilla. Al parecer se encontraba algo nerviosa de tocar el tema. En especial porque ellos se la pasaban peleando cada vez que tocaban temas que el joven enfermero prefería evitar.

—¿Entonces de qué? —se animó a preguntar al no recibir respuesta de parte suya.

—De Pico —dijo ella con preocupación en su voz.

Keith sintió un escalofrió recorrer su espalda al momento de escuchar ese nombre. Al mismo tiempo sus ojos se abrieron con cierta sorpresa, no se esperaba que ella quisiera tocar de nuevo el tema del pelirrojo.

Era claro que su hermana no tenía idea de que ambos hombres salían. Aun así no quería decirle en ese momento.

—¿Qué tiene que ver con él? —pregunto tratando de sonar natural.

Ella solo dirigió su mirada hacia el frente, comenzó a jugar con sus dedos —como si de nuevo fuera una niña pequeña queriendo pedirle algo a su papá—.

—¿Qué es lo que quieres con él? —lo interrogo de forma tímida.

Por su parte Keith se quedó pensando un momento. Dirigiendo su mirada al mismo punto sin sentido como la joven, se quedó callado. ¿Qué quería de Pico? Fácil, lo quiere todo y a la vez no quería nada. Quiere despertarse a su lado todas mañanas, besarlo con ganas y tener toda su atención en enfocaba en él y solo en él. Y le encanta eso. Sin compromisos o planes a futuro solo ellos dos por el momento. O al menos así era antes de aquella "cena" del otro día.

|| Afterglow || BF x PicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora