𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 28

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Soy tuya.

LISA:

Una punzada en el pecho me atravesó cuando escupió sin ningún sentimiento esas palabras. Pero no me voy a rendir tan fácil, ella es todo lo que quiero, maldita sea, ni yo misma me conozco. Estoy actuando tan infantil frente a una niña que me vuelve loca con tan solo su respiración.

-Así sea a la fuerza lo serás ¿Me entiendes?, Eres mi mujer, solo mía.- La volví a tomar del brazo y la hale hacia mí, la bese y mordí sus labios con fuerza.

-¡Maldita idiota!.- Chilló del dolor, se tocó el labio y salió un poco de sangre.

-Vamos, te llevaré a un lugar.- La tome de la mano y a regañadientes caminó conmigo.

-Lisa, ¿Estás segura a donde me llevas?, Esto es muy molesto.- Dijo con el ceño fruncido después de caminar por un rato por la maleza del bosque.

-Cuando cumplí los 18 llegué acá, esta era mi casa.- Salimos y llegamos a un camino.- Aquí viví por unos años antes de comprar la mansión. Que mis padres me hayan dejado el negocio, no quiere decir que fue fácil de conseguir todo lo que tengo. En pocos años lo hice crecer con mi esfuerzo pero en esta casa, aprendí todo lo que sé en el ahora. Duré años practicando y aprendiendo cada jugada y cada ruta.

________ me escuchó con mucha atención, entramos a la casa de dos pisos y estaba tal como la deje la última vez que estuve aquí.

-Es muy hermosa, me gusta más que esa enorme mansión, además me gusta estar rodeada de árboles.- Dijo, y me apretó la mano con fuerza.

-Podemos vivir aquí si quieres. Digo, son muy pocos los que saben de este lugar.- Me encojo de hombros y se muerde los labios, mas no dice nada. Puedo notar que tiene su cabeza echa un lío por todo lo que ha pasado.

-Lo pensaré, me iré por un tiempo.- Dijo sin mirarme a los ojos.- Y antes que digas cualquier cosa, no te diré a donde voy. Tampoco quiero que vayas a buscarme, solo dame tiempo Lisa, tengo que pensar muchas cosas. Debo contarle la verdad a mi tía y ella no lo tomará muy bien que digamos.- Murmuró y puso su cabeza en mi pecho.

-Está bien.- acepté de mala gana y río por lo bajo.

Levantó la cabeza y nuestras miradas se encontraron por varios segundos, ninguna dijo nada. Levantó la mano y lentamente acarició mi mejilla, frunció el ceño y cerró los ojos. Me encantaría leer sus pensamientos y saber que es lo que está pasando por su cabeza en este momento para que haga tantos gestos.

Se acerca y me besa con ansiedad, sus labios se movieron hambrientos con los míos, con sus pequeñas manos acarició por debajo de la camisa sintiendo cada músculo de mi pecho. Mis manos tampoco se hicieron esperar y toque todo a mi paso, sus pechos, su vientre, sus caderas, su trasero, todo de ella es mío. La alcé en mis brazos y aún besándonos caminé hasta ponerla encima del mesón de la cocina, baje la cremallera de su chaqueta y se la quité, me acerqué a su cuello y deje un chupón en él, gimió y entrelazó sus dedos en mi cabello tirando de el suavemente.

-Quiero tenerte dentro mío Lisa, no lo soportó más.- Jadeó, sonreí en su cuello y le bajé el pantalón, ¿Por qué mierda se pone ropa tan difícil de quitar? bajé sus bragas, seguidamente quité su blusa y sostén. Contemplo su cuerpo, su inigualable belleza; cada parte de ella es una obra de arte para mí.

Me agarró del cuello y estampó sus labios en los míos, quitó botón por botón de la camisa que traía y la abrío tocando mi torso lentamente. Sus manos son candela que van quemando mi piel. Bajé mis besos por su cuello hasta llegar al valle de sus senos, arquea la espalda y me adueño de su pezón; mordí ligeramente y su cuerpo vibró en mis manos.

Desde un principio supe que ella era mi perdición, lo que no sabía era que, sería la mujer capaz de hacerme sentir y experimentar ese lado que creí que jamás existiría en mí.

-Eres mía, eres mi dulce y pequeña ________.- susurro abriéndome paso por su interior. Habían pasado muchos días de no sentirla, echó la cabeza hacia atrás mientras me aferro de su cadera dando lentas pero profundas embestidas. Podría tener el tiempo exclusivamente para plasmar en mi mente cada uno de sus gestos. Fácilmente podría admitir cuánto la necesito, que estúpidamente me hace sentir más que placer, pero mi lado machista, posesiva, sale a flote, sintiendo el miedo de llegar a quererla o amarla.

-Soy tuya.- Arquea la espalda y su interior me aprieta con fuerza. Sigo con los tortuosos movimientos. No soy una tipa paciente, pero al estar hundida en lo más profundo de su interior, me hace querer nunca más salirme de ella. Doy círculos incrementando la velocidad, sus uñas se clavan en mi carne y su beso se vuelve más intenso. Llevo una mano a su seno y lo masajeo en círculos sin dejar de arremeter su cuerpo. Muerdo su labio inferior al separar nuestras bocas, gimotea finamente, mientras me envuelve y me va mojando cada vez más.

-Estás muy sensible.- hundo mi rostro en su cuello, llenándome de su existo olor.

-Es mi punto.- grita a la vez que estalla en un delicioso orgasmo y me pega más hacia sí, gruño en su cuello y dando un par de embestidas más, dejo salir todo mi semen en su interior.

-Me encantas, ________ Me vuelves loca.- murmuré hundiéndome más en ella con fuerza sintiendo lo caliente que estaba mientras sus piernas tiemblan y aquellos espasmos me electrocutan mi espina dorsal.

Desde que la vi me volvió loca y no descansé hasta tenerla completamente para mí.

Continuará...

Si yo fuera un barco
Y tú un puerto
Atracaría cada día
✨En ese maravilloso cuerpo✨

ADICTA A TI (Lisa y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora