𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 31

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Hasta nunca Lisa.

________ (TN):

Oh, mierda creo que esta vez si me pasé. Por más que muera por llamarla, no puedo. Tengo que contenerme. He pasado las últimas tres semanas en la selva colombiana, estoy en un hermoso resguardo indígena donde solo hay paz y tranquilidad. Este país es hermoso. Me encanta, sería capaz de vivir aquí, además que las mujeres usan unos vestidos que son preciosos, hablan una lengua muy diferente al español y al inglés. Los niños son muy divertidos, me han enseñado muchas cosas bellas de este lugar. También hay un río inmenso pero me da miedo meterme porque dicen que hay caimanes gigantes.

-________, ¿No crees que deberíamos volver a la casa?, Ya deja de estar escondiéndote de esa muchacha.- Inquirió mi tía acostada en una hamaca.

-¿Acaso no te gusta estar aquí?.- Desvíe el tema y negó con la cabeza.

-Este lugar es muy hermoso, pero ¿Qué hay de nuestra vida?. Yo quiero volver a mi trabajo, al hospital, a mi casa. Yo no lo puedo dejar más tiempo a cargo de Hana.- Dijo con nostalgia.

-Te prometo que la otra semana volvemos.- Asintió con la cabeza y no dijo nada más.

-________ ¿Quieres dar un paseo conmigo?.- preguntó Mariana, una hermosa niña morena de cabello negro largo y ojos marrones grandes.

-Claro princesa, vamos.- La agarré de la mano y caminamos en medio de los árboles llegando a un río y nos sentamos en una inmensa roca a hablar.

-Me gusta mucho tu cabello y quisiera tener tu mismo color de ojos.- Dijo con sus grandes ojos viéndome con ternura.

-Princesa tu eres hermosa. No necesitas tener lo que otros tienen, para mí eres perfecta y te digo un secreto: me gustan más los ojos marrones que los verdes.- Me sincero y me sonríe de oreja a oreja.

Nos quedamos sentadas tirando piedras al río de repente, se oyeron el ruido de los motores de unas lanchas, me levanté y camine un poco hacia la orilla. Una tras otra fueron pasando frente a nosotras.

-¿Qué está pasando?.- Pregunté curiosa.

-Deben estar llevando droga al resguardo.- Dijo con voz triste. De verdad es triste que niños tan pequeños deban vivir rodeados de ese mundo tan porquería.

-No lo creo.- Mis palabras quedaron en el aire cuando una lancha se detuvo y vi a Jennie hacerme señas con la mano, no le entendí pero mi reacción fue esconderme detrás de la inmensa roca. Mi corazón se aceleró creyendo que hasta aquí llegaría mi travesía.

-No puede ser posible que me haya encontrado.- Murmuro y me acuerdo que Mariana está parada todavía allí viendo las lanchas pasar.

-¿________ dónde estás?.- Gritó la niña, me muerdo los labios para no echarme a llorar, respiro muy profundo y salgo de detrás de la roca.

-Ven, volvamos al refugio.- Hablo rápidamente, ella frunce el ceño pero asiente con la cabeza.

La agarro de la mano y caminamos rápidamente de nuevo hacia las casas hechas en madera. Obviamente que si está Jennie, ella también está.

-¿Porque vienen tan agitadas?.- inquirió Tony con el ceño fruncido.

-Está aquí, debemos irnos.- Dije en voz baja, abrió los ojos muy grandes y asintió con la cabeza.

-Ve alista la ropa y la de tu tía.- Asentí y rápidamente fui a mi tienda, empaque todo a gran velocidad bajo la atenta mirada de mi tía.

-¿Que está pasando?.

-Nos iremos tía, ¡Lo que querías!.- Dije muy nerviosa y ella se dio cuenta.

-Te encontró ¿Verdad?.- Me muerdo la lengua para no gritar, estoy a punto de sucumbir.

-Algo así, no sé, pero mejor vámonos.- Las palabras no me salían, estaban atrapadas en mi garganta.

-¿Ya están listas?.- Asentí varias veces con la cabeza y salimos, caminamos por 15 minutos hasta llegar a una pista, en este lugar solo se camina y mucho.

-Estoy cansada.- Dijo mi tía.

-Ya falta poco, en el jet te acuestas en la cama.- Hasta pongo en aprietos a mi pobre tía que no está en edad para estos trotes.

Al llegar al jet, mire para todos los lados. Sentía la mirada de alguien perforando mi espalda. Me devuelvo y subo las escaleras pero mis pies quedan de piedra.

-¿Te pensabas ir sin saludarme siquiera?.- Esa voz hermosa y profunda me hizo frenar en seco. Mis piernas se convirtieron en gelatina, mi pulso se aceleró y mi pobre corazón quería salir del pecho. Ya no tenía la misma valentía de hace unas semanas atrás, me giré lentamente y ahí estaba; recostada en las escaleras del jet, luciendo jodidamente sensual.

-Lisa...- Susurro, maldita seas ________ tienes que tartamudear frente a esta idiota, evito su mirada viendo para otro lado, donde Rosé y Jennie me sonrieron.

-¿Ya no estás tan ruda?.- Se burló y se acercó hasta quedar frente a mí.

-¿A qué vienes?.

-Vine a trabajar y termine encontrando mi tesoro.

- ¿Ah, sí? Te felicito, pero mira nada más. Estas perfectamente. No te ha pasado nada, es una pena que regresamos a casa ya.

-Nos vamos a quedar aquí un buen tiempo pequeña.- Me pegó a su pecho y su colonia hizo estragos en todo mi interior.

-Yo me voy Lisa, te quedarás tú.- Digo con los ojos cerrados inhalando su delicioso aroma y esperando a que esos labios tocaran los míos.

-¿Qué esperas?.- Me susurró en el oído, su aliento chocó en mi piel poniéndola de gallina.

-Ah, si claro. Adiós Lisa, un placer verte y saber que estás bien.- Me giré y me maldije por ser tan estúpida.

-Adiós ________.- Dijo y quedé peor. ¿Enserio? ¿Eso es todo? ¿No piensa detenerme ni nada parecido a lo que usualmente hace?.

-Hasta nunca Lisa.- Dije sin voltear a verla y sentí como mi corazón se rompía en pedacitos.

Me subí al jet y la vi desde la ventana, su expresión era de tristeza y confusión. Aún así seguía luciendo como la tipa mala que tiene corazón de hielo. Corrí hasta la cabina y pedí que no despegaran, la puerta se abrió, las escaleras aparecieron y bajé corriendo. Literalmente me tire en sus brazos y me recibió alzandome en el aire. La besé con pasión envolviendo mis piernas en sus caderas, tomándome por el trasero me pego más a su cuerpo.

-Eres una maldita.- Dije en sus labios y sonrió sobre los míos.

-Ahora sí pequeña demonio, me la vas a pagar.- Me apretó con fuerza y me llevo caminando hacia un jeep. Me dejó en el asiento del copiloto donde me amarró por los pies y las manos. Cuando vi que el jet despegó con Tony y mi tía, todo el azúcar se me bajó a los pies.

-Lo tenías planeado ¿Verdad?.- sonrió maliciosamente quedándose completamente en silencio.

Ahora si estoy muerta.

Continuará...

ADICTA A TI (Lisa y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora