Capítulo 29

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Hola a tod@s;
Antes que nada quiero disculparme por la tardanza, pero como saben trabajo en una clínica y era sólo cuestión de tiempo que me contagiara de COVID. Aunque no me dio tan fuerte en comparación con otras personas, no ha sido agradable y las secuelas tampoco son algo para tomarse a la ligera y más cuando estás en riesgo de contagiar a tus seres queridos así que mi ausencia fue por esto y esa fue la razón. Gracias a l@s que siguen aquí espero poder ponerme al corriente pronto.

– No voy a quedarme más tiempo en casa de los Baek, papá. Por favor déjame venir a vivir acá contigo – comunicó Ha Ni a su padre mientras los últimos platos de la última de las cenas servidas ese día era lavado.

El señor Oh sabia que Ha Ni no estaba bien, Pero no quiso decir nada de manera que ella se abriera a él si aún confiaba y le dijera lo que pasaba a pesar de que el mismo tuviera ojos y se diera cuenta eventualmente y ahí estaba el resultado. Finalmente había llegado al punto de no retorno, Soo Chang Baek había sido su más fiel amigo y cierta noche vino sin más y reveló la verdad entre varias copas de soju. El señor Oh supo que el asunto ya estaba fuera de control y más cuando el novio de su pequeña y aquel de quien estuvo enamorada por años de repente compartían una relación filial que seguramente la heriría especialmente por el parecido entre ellos. 
Durante toda su vida y por pedido de su difunta esposa lo único que quiso fue proteger a su hija y de alguna manera era duro aceptar que no cumplió a cabalidad esa promesa. A pesar de que intento darle todo lo necesario materialmente hablando la verdad era que los problemas en el corazón de Ha Ni fue lo único en lo que nunca se metió ni pudo ayudarla. No era un buen padre, pero al menos en ese momento intentaría hacer lo que ella le pedía de manera tan tajante y quizá a superar lo que fuera por lo que estuviera pasando en ese momento. 
-Lo que sea que necesites, hija – aceptó el pedido de que ella viviera con el en la parte de arriba de la tienda de fideos. – puedo adecuar mi habitación para adicionar algo donde puedas dormir cómodamente- 
Ha Ni suspiró como si hubiese esperado que su padre se negara en masa como la vez anterior, al pedido de salir de la casa de los Baek, pero cedía y quizá con eso la estaba ayudando en algo. Alejarse de lo que interfería en su tranquilidad era lo único en lo que podía pensar en ese momento. Sabía que debía hablar y sincerarse con la señora Baek, la mujer no había hecho sino tratarla como si fuera su hija y le debía al menos eso. Si era razonable, creía mientras desdoblaba una de las cobijas con las que dormiría en la colcha especial. 
Mirando hacia el techo con una mancha de humedad seca en una esquina Ha Ni sentía que su cabeza era un revoltijo de muchas emociones negativas, pero en medio de toda la decisión permanecía firme y no iba a cambiarla. 
Se estaba rompiendo su corazón y su alma, pero sabía que era lo mejor, o eso creía saber. Era mejor renunciar a su felicidad, el tiempo era capaz de curarlo todo y sinceramente esperaba que en el caso de ella fuera así. Lloraría, por supuesto. Sentiría que moriría lentamente, era bastante probable. Pero de algo estaba segura y era que, contra cualquier pronóstico, seguiría adelante. 

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Con la cabeza entre las manos Seung Jo miraba hacia la nada. El no veía nada, se trataba de que el escritorio estaba frente a él pero no veía nada, lo único que su mente hacia era reproducir una y otra vez lo que ella dijo. Se dividia dolorosamente en la dicha, cuando le dijo que lo amaba y en el dolor cuando dijo que no podía ni quería verlo, y no era del todo feliz porque amaba también a su hermano. En que escenario había una vuelta de los acontecimientos de este calibre?. Por qué ellos?.
Su mente se orillaba hacia el hecho de que nunca tuvo que preocuparse realmente por los azares del destino. Ahora estaba en una exposición en la que creía que todo lo que pasaba a su alrededor. Parecía tener un sentido cósmico y que, por lo poco que comenzaba a ver, no le favorecía en absoluto. ¿Cómo le llamaban en los libros? ¿Nacer bajo una mala estrella? No podía sacarse a Ha Ni de la cabeza, una vez más. La presencia de ella ahí le estaba atormentando de maneras inimaginables. Era como si el hecho de que ella dijo que lo amaba le afectara en la medida en que lo que sentía por ella parecía triplicarse, el embrujo o lo que fuera que le hubiera lanzado de repente potenciaba su efecto dejándole débil, y... adolorido. 
Nunca creyó que los sentimientos pudieran ser tan dañinos. Hubiese preferido quedarse siendo la piedra insensible a lo que nada conmovía que en lo que se convirtió ahora. 
Hacia introspección para identificar si sentía algo por su hermano, pero la verdad era que no, y el motivo era porque se trataba de un desconocido, no tenían ningún vínculo real excepto por el de la sangre y por ese motivo y mas no sentía nada hacia él, excepto quizá los celos por tener lo que él mismo despreció. 
No lo odiaba, pero tampoco lo quería, una ambigüedad nada propia de lo que se podía considerar amor de hermanos. Si, era un desconocido con su cara o viceversa, pero pudo ver en Oh Ha Ni lo que a él le costó. Por ello si podía castigarse y llamarse tonto. 
Ahora, ella dijo que no quería volver a verlo y por la manera en que salió de casa de su hermano y lo que le dijo hizo lo mismo con él. Lo que deseaba saber era qué pasaría ahora con ellos tres. Para él era claro que no podía olvidarla tal como ella le pidió y por la manera en que recordaba como su hermano la miraba él tampoco lo lograría fácilmente. ¿Ninguno estaba dispuesto a renunciar a ella, pero ella a ellos si? Tiró suavemente de sus cabellos ahogando un suspiro nada propio de alguien tranquilo. Se iba a volver loco de un momento a otro y no podría detenerlo. Sólo estaba en sus manos, era tiempo de probarse.

JUEGO DE GEMELOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora