Parte 15

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El novio de Oh Ha Ni.

¿Cómo podía ser? ¿Qué  tendrí de atractivo, aparte de una moto y una figura alta? ¿Por qué tenia que estarse preguntando ello? ¿Acaso estaba sufriendo de algún episodio de histeria? ¿Ahora, después de tanto tiempo siendo perfecta en todo, su preciosa mente estaba viéndose afectada por tanto conocimiento?

Se sentó en el escritorio y apoyó la cabeza en los antebrazos sin saber qué hacer con la información que recibió. ¿Por qué no dejarlo pasar? No sabia, no entendía el proceder de sus propias emociones y eso era estúpido a la vez que bastante posible. Lo humanos eran falibles y la prueba de ello estaba en él.

Por primera vez se preguntó qué pudo haber pasado si hubiera aceptado la carta de Ha Ni y la propuesta que venía en ella. Si, era estúpido hacerlo pero no podia evitar preguntárselo. Su mente desvariaba como lo hacía ahora? ¿La causante acaso era ella? ¿Verdaderamente ella?

Recordaba de repente todas las veces que su madre alcanzó a intentar meter a Oh Ha Ni por sus ojos. Y si, en alguna de esas veces él hubiera accedido, ¿en qué situación se encontraría ahora?.

Nunca fue fanático real de los "y si" pero en ese momento los ramilletes de posibilidades que se abrían eran infinitas pero estaba viviendo en esa realidad. Una donde le molestaba que Oh Ha Ni tuviera novio y le molestaba recordar cada letra mal escrita de su carta y el contenido total de esta como si la tuviera en sus manos en ese momento. Ese privilegio en ese momento le era maldito por qué seguía martillando en la cabeza como un recordatorio de... ¿ de que? ¿ de lo que se perdió?

¿Era tan importante tener el prestigio de un estudiante de la clase A si cualquier movimiento que hiciera Oh Ha Ni de la clase F lo afectaba hasta las entrañas?

Su mamá tenia razón cuando le dijo que se había apresurado a juzgar a Ha Ni como algo malo e incómodo que solo venia a incordiar a su casa. Era malo cuando vino a incordiar porque puso su vida de cabeza desde el momento en que la vio, la juzgó mal al descartarla de la manera en que lo hizo, por que ahora que otra persona se interesaba en ella y viceversa, el que la pasaba mal era él mismo.

Bueno, él se lo buscó, y era él mismo quien tenia que salirse de ahí.

Empezando por traer a Oh Ha Ni de vuelta a su órbita.

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Ji Hoo sintió que los brazos de Ha Ni lo apretaban con demasiada fuerza, como si no quisiera dejarlo ir.

Habían quedado de verse ese fin de semana después de que él saliera de la práctica. Ella quedó de llegar a la clínica y él se hallaba esperándola en el consultorio. Se encontraba cerrando uno de los archivadores cuando escuchó los golpecitos de la puerta y permitió la entrada. Era ella, encantadora, con su vestido de color azul y cabello recogido, pero tenia profundas ojeras y apenas los ojos de ambos hicieron contacto, ella se lanzó a abrazarlo como si no hubiera un mañana.

No era que le molestara, pensaba mientras le acariciaba la cintura y la espalda y era presa de su agarre potente, pero era evidente que le pasaba algo y no quería imaginar que tuviera que ver con el afamado Seung Jo.

Dejó que ella terminara el abrazo, dándole tiempo de recomponerse y darse cuenta de lo inapropiado de su conducta, teniendo en cuenta lo tímida que era en ocasiones. Pero él no era quien para detenerla, ya que su cercanía le gustaba demasiado como para quejarse.

Ha Ni se desprendió del abrazo, contenta por fin de poder oler la esencia de Ji Hoo y de sentirse ahora en territorio de confianza y conocido. Lo había extrañado demasiado, especialmente después de la intervención de Seung Jo en su privacidad, Ji Hoo era la tranquilidad a la que quería aferrarse y eso hizo momentos antes, aferrarse al puerto porque la marea que Seung Jo era quería arrastrarla lejos.

JUEGO DE GEMELOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora