Parte 2

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Cuando la clase terminó le dijo a sus amigas que se iria mas temprano a buscar el te de hiervas y tomando sus libros se dirigió a la salida de la escuela, con tan mala suerte que con su pálida cara de enferma se topó con Joon Go que la miraba embelesado hasta que se fijó en la palidez de su rostro.

-Mi querida Ha Ni, ¿qué de pasa? ¿estas enferma? ¿necesitas que te lleve en mi espalda?-

Seguramente Joon Go no le haría esa propuesta si conociera el motivo de su enfermedad y lo que probablemente podía hacerle a su blanca camisa, asi que declinó su ofrecimiento y pasó de largo esperando que, tal como lo pronosticó, estuviera a salvo en su casa con la protección apropiada para ese tipo de eventos.

Llegó al restaurante de su padre que estaba bastante lleno para ser esa hora, se sentó en la mesa mas cercana esperando que él notara su presencia, con solo verla sabría cuál era el problema que la aquejaba.

Espero mas de media hora hasta que lo vio.

-Ha Ni, lo siento, te daré la receta- dijo el señor Oh apenado mientras veía como seguía llegando la gente, por algún motivo Joon Go aun no llegaba y Ha Ni sospechaba que era por que estaba hablando con los profesores para subir su nota de algún modo, aunque no es que fuera a servirle de mucho.

Recibió las instrucciones de la infusión y se marchó a casa esperando no tener problemas.

Cuando llegó ahí la preparó acordándose de cómo su padre la hacía y se la bebió sintiendo el sabor un poco diferente.

Se acostó a dormir y cuando se levantó se percató de que no era su visita mensual lo que la aquejaba. Sintió un terrible dolor de estómago y supo que algo andaba mal.

Antes de siquiera pensarlo estaba vomitando hasta el primer tetero que se tomó y hizo un recuento mental de los ingredientes que echó en la infusión que no le preparó su padre y que ella, con lo mala que era cocinando, seguramente había echado a perder con algún ingrediente de mas.

Como el dolor de estómago era tan fuerte no tuvo mas remedio que dirigirse al servicio de urgencias esperando poder salir rápido una vez le formularán algo.

Durante el camino vomitó aún mas y para cuando llegó a la sala de urgencias estaba demacrada y pálida, tanto asi que fue sentada en una silla de ruedas y pasada por delante de los demás.

Cuando volvió en si descubrió que se hallaba acostada en la camilla de observación con una intravenosa y con el dolor sordo de sus cólicos aplacado a una simple molestia, seguramente por algun analgesico que estaba siendo suministrado, sentia la lengua como el cartón pero al menos ya no tenia nauseas y se sentia sola, mas sola que nunca.

Con un ligero suspiro cerró los ojos imaginandose que Seung Jo se preocupaba por ella y venía a verla, y tal era su imaginación vívida que incluso lo estaba viendo frente a ella en ese momento aun con los ojos abiertos.

-Seung Jo...- dijo en tono soñador alargando una mano temblorosa hacia él, aunque este Seung Jo, no estaba vestido como alguien de secundaria, este tenia una bata de médico y estaba tomando anotaciones en un papel. Además que, aunque tenía la visión borrosa, este Seung Jo tenía la tonalidad del cabello más clara que el otro que ella conocía. Si había algo en lo que se parecían aparte de las obvias características físicas; ninguno de ellos parecía prestar atención cuando ella hablaba.

Lo último que supo fue que su mundo volvia a llenarse de oscuridad mientras llamaba a Seung Jo con voz a grito en su mente.

Cuando despertó le costó bastantes minutos aclarar la visión y hacer un ajuste mental de todas las extremidades de su cuerpo para percatarse de que ya había dejado de volar en sueños.

JUEGO DE GEMELOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora