Parte 23

369 23 2
                                    



El despertador era una molestia incesante pero necesaria a la que Ha Ni nunca había podido acostumbrarse. Como era propensa quedarse dormida dicho aparato siempre fue su enemigo en cualquier presentación que viniera, y en esta ocasión era un reloj cucú encima de la mesa de noche que le avisaba que debía levantarse bañarse y alistarse para emprender su tan deseado viaje a Nueva Caledonia.

Durante entrada la noche se había dedicado a buscar un mapa del sitio y las horas de vuelo que tendrían por delante dándose cuenta de que deseaba emprender esta travesía como una niña pequeña a la que regalan muchos dulces.

Los planes eran que Ji Hoo vendría a recogerla a ella después de pasar por la casa de sus amigas. El resto de los F4 llegaría al aeropuerto en sus propios medios de transporte. El auto que los llevaba a ellos se quedaría en el aeropuerto donde sería recogido por alguien de las empresas ShinHwa y partirían en su vuelo privado costeado por la misma empresa. Dicho plan fue llevado a cabo con mayor novedad excepto en el momento de salir de la casa de los Baek cuando Ha Ni cruzó su camino con Seung Jo, que la miraba intensamente desde el inicio de la escalera mientras ella bajaba con la maleta.

–Asi que te vas - fue el saludo de buenos dias del chico. Ha Ni había esperado que fuera lo suficientemente temprano para no llamar la atención de nadie y a quien quería ver para despedirse definitivamente no era a él sino a su madre. La verdad era que no deseaba escuchar nada que él tuviera que decir ya que era suficientemente difícil tener el tipo de sueños que tenia con él y verlo en la realidad también era terrible para su salud mental.

–Si, me voy. Supongo que deberias sentirte aliviado - mientras decía esto arrastraba la maleta de ruedas hacia la salida escuchando tras ella los pasos en pantuflas de Seung Jo.

–Te equivocas, para mi sería mucho mas sencillo y aliviador que no te fueras.–

Con ello el chico confesaba su angustiante verdad, por que sabía que la pasaría mal en ausencia de ella especialmente si ponía a trabajar su ahora bien dispuesta imaginación en lo que Ha Ni, su Ha Ni, podía estar haciendo en un viaje paradisíaco como se veía este. Quería pegarse a ella como una lapa para no perderse detalle de lo que ella decidiera hacer con su vida y su noviazgo en esa ausencia pero ninguno de sus deseos era humanamente posible de cumplir y lo único que podía hacer era hablar y quizá plantar un beso en su boca que esperaba que ella no olvidará tan pronto como parecía haber olvidado los sentimientos por él.

Ha Ni se apartó horrorizada después de unos segundos de corresponder dolorosamente al beso de despedida, porque eso parecía ser, y justo en ese momento era algo que no necesitaba pero que tampoco dejaría que la afectara especialmente al menos a la vista. Escuchó el pitido del automóvil fuera de la casa y sin decir nada mas se marchó, tampoco mirando hacia atrás y viendo el desastre de persona que dejaba atrás.

Seung Jo la observó irse amargamente consolandose con el breve contacto de unos segundos atrás y sabiendo que tarde o temprano eso no sería suficiente tampoco y menos si el propósito era tener a Ha Ni y sus sentimientos de regreso.

Ha Ni arregló un poco su apariencia rogando porque no se notara en su semblante físico lo que acaba de pasar. Los labios de ardían como las pocas veces anteriores donde él la besó, trayendo reminiscencias indeseables sobre los besos y el contacto que tenían en los sueños de ella. 

Ji Hoo la esperaba en el auto pero descendió para ayudarla a poner la maleta en el maletero. Cuando cerró la puerta del compartimiento Ha Ni lo abrazó con fuerza extrañandolo y a la vez usando de escudo contra su mente en ese momento. El olor conocido invadió su nariz dándole la tranquilidad que buscaba, y cuando buscó los labios de Ji Hoo, aun sintiéndose como una mala chica, imprimió en esos labios la pasión que quería recibiendo una respuesta con creces y olvidándose, al menos momentáneamente de Seung Jo.

JUEGO DE GEMELOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora