JUEGO DE GEMELOS

Parte 19

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Seung Jo miraba desde la ventana de su habitación que daba al patio a la figura solitaria de Ha Ni que no se movió de ahí desde el momento en que ambos llegaron. Miraba hacia el cielo como si esperara que llegara alguna invasión extraterrestre, ensimismada y casi inmóvil, que podia confundirse con alguna de esas gárgolas de jardines antiguos. Se frenaba de ir hasta donde ella y preguntarle si acaso queria morir de pulmonía, pero tampoco queria interactuar con ella tan pronto después de todo lo que hablaron.

Y no era por que no deseara hablarle otra vez, sino por que el conflicto dentro de su pecho se hacia mas grande a medida que el tiempo pasaba.

Si, fue un idiota por no darse cuenta de que ella era algo mas, era diferente de otras personas y estuvo frente y detrás de él durante mucho tiempo y justo cuando pensaba que el amor de ella estaba mas seguro apareció la amenaza del nuevo novio para hacerlo despertar a la realidad de perderla.

Si, la había perdido, fue víctima de sus propias palabras, ella aceptó su rechazo e intento seguir adelante, pero él se quedó en su propia cabeza pensando en lo que ella fue y no fue y dándose cuenta de que le gustó desde antes, sólo que creyó que era superficial como muchas otras chicas se que se le acercaron con intenciones similares. Ella fue la única sincera y él la lastimó.

Resarcirse tampoco parecía una opción en ese momento teniendo en cuenta que ella, aparentemente se encontraba en otra relación. Así que ahora le correspondía a él sufrir.

Sufrimiento... algo tan nuevo pero a la vez, inesperado y completamente respetado. En su vida nunca tuvo que sufrir por nada y ahora, este lío de faldas le pasaba factura.

Podía mirarla de lejos, podía quedarse con sus recién descubiertos sentimientos hasta que estos desaparecieran tan por sí solos como se hicieron presentes, pero entre más lo pensaba más de daba cuenta que rendirse a Oh Ha Ni era lo único que podía hacer en ese momento.

Volvió a su cama y aunque intentó dormir la somnolencia se escapaba por los pensamientos abrumando su antes calmada mente.

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Ha Ni entro la clínica inevitablemente mirando a todas partes. Su intención era visitar a Christine, cuya hospitalización se prolongó por unos días más debido a un índice bajo de azúcar que descubrieron durante la observación. Durante ese tiempo Ha Ni fue testigo de la devoción, a falta de otra palabra mejor, que Joon Gu mostraba hacia ella aunque no frente a ella. Era Ha Ni quien traía ropa para ambos y aunque Joon Gu decía que era solo compasión por su situación de extranjera Ha Ni sabía la verdad, podía verlo en los ojos del chico. Él podía decir que solo se trataba de eso, que seguía y seguiría amando a Ha Ni por siempre pero ella sabía que la chica, con su encanto e insistencia, había logrado meterse en el corazón del estudiante de secundaria/aspirante a cocinero.

Ese día le darían el alta así que todos regresarían a la ciudad contigua. Jan Di que tuvo alguna de las guardias y se encontró con Ha Ni puso a disposición de ellos un auto de las empresas ShinHwa para que los llevara lo que le acarreó el agradecimiento de los tres muchachos.

Con las recomendaciones en mano y en los brazos de Joon Gu que no permitió que caminara pero tampoco que le llevaran una silla de ruedas los tres salieron al parqueadero. Ha Ni ayudaba con la maleta cuando vio en el estacionamiento la motocicleta blanca de Ji Hoo. Todo hubiera quedado ahí excepto porque el dueño de la moto estaba apoyado contra ella viéndola arrastrar la maleta detrás de sus amigos. Parecía estar esperando algo pero ella no podía concluir que era a ella misma así que siguió su camino intentando ignorar las ganas de salir corriendo a abrazarlo y pedirle perdón, pero los días de suplicar atención estaban comenzando a pasar y debía ser fuerte y respetar la decisión de Ji Hoo de alejarse de ella.