Parte 14

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La noche entró y con ella que todos en la casa estuvieran dormidos, todos menos Seung Jo, que miraba hacia la oscuridad que rodeaba su habitación con los brazos cruzados sobre el pecho y pensando inevitablemente en Oh Ha Ni. Parecía que ahora era como una enfermedad constante en su mente apareciéndose en los momentos menos esperados y alterando todo a su alrededor. No se dio cuenta de que ella tenia ese poder, o quizá lo pasó por algo, podían ser las dos cosas y aun así ahí estaba, con insomnio por culpa de ella.

Increíble.

Hizo una introspección para evaluarse como persona e intentar identificar cuál era su falla. Pero no podía dar con el chiste y eso lo ponía de mal humor. Del suficiente mal humor para salir de la habitación, con cuidado de no despertar a Eun Jo, e ir al patio de la casa a tomar algo del aire fresco del verano, a ver si podía aclarar algo de su mente.

Pero no pudo avanzar mucho antes de darse cuenta de que Oh Ha Ni tuvo la misma idea que él. Se encontraba sentada en una de las sillas, con las piernas recogidas y mirando hacia el cielo con una expresión tan pacífica en el rostro que le dio envidia.

Se sentó en la silla de al lado y cuando ella se volvió a mirarlo hizo ademán de levantarse.

- No tienes que irte, no voy a decir nada - dijo antes de que ella pudiera huir, cumpliendo, como siempre, con lo que le exigió al inicio de todo el drama; que mantuviera su distancia de él. Ella no habló, mas no se retiró de la silla y volvió a su actividad de mirar el cielo. Él debería estar haciendo lo mismo, solamente que estaba mirándola a ella. A la caída rizada de su largo cabello, a la piel blanca que a contraluz con la de la luna creaba un contraste bastante perturbador por la belleza que exudaba...

- ¿Por qué me besaste aquel día? - dijo ella después de un momento de silencio y sin quitar la vista del cielo.

Seung Jo, que tampoco dejó de mirarla, no tenia respuesta a esa pregunta, porque ni siquiera él mismo lo sabia. De preciarse de saberlo todo había llegado a esa encrucijada donde nada parecía ser lo que debía. Su instinto era atacar para que dejara de preguntar pero eso se contraponía contra el propósito de intentar ser menos antipático para que ella no la pasara tan mal.

-No lo se, supongo que estaba aburrido - ok, esa no era la mejor respuesta tampoco pero no podía decirle a ella justamente la debacle de sentimientos que se estaban gestando en su frío interior.

Ella asintió como si esa respuesta fuera suficiente para esclarecer la pregunta que, de hecho, era demasiado profunda. Hizo ademán de irse y esta vez Seung Jo no se lo impidió por que no tenia argumentos para detenerla, ella hizo la pregunta el respondió con una mentira y ninguno de los dos obtenía lo que quería.

La verdad.

Habría podido decirle que tenia un sentimiento no del todo positivo en su interior y que quería reafirmar que ella seguía queriéndolo y que por eso había usado el profundo beso como prueba, si podría haberle dicho eso, pero no lo hizo, definitivamente era de humanos que se les ocurriera la mejor respuesta cuando ya no se podía hacer nada.

Se pasó los dedos por el cabello en un gesto nada propio de él y tomó el lugar de Ha Ni en la silla dándose cuenta de la belleza del cuadro de cielo oscuro salpicado de estrellas y una luna en cuarto menguante. Con razón se hallaba tan ensimismada, cualquiera podría concentrarse en esa imagen por horas sin alterarse.

Ha Ni caminó lentamente hacia su habitación sintiendo que el frescor de la noche era reemplazado con un frío interior. Así que era una distracción para Seung Jo, y no sabia que era peor, si su indiferencia o que la usara para sus propósitos estúpidos. Miró el reloj en la mesa de noche pero tampoco tenia sueño a pesar de ser las dos de la madrugada.

JUEGO DE GEMELOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora