La Oscuridad De Tu Mirada#1.SagaOscuras

*En la Oscuridad*

P.o.V Desconocido

Ahora mismo estoy junto a otros colegas, en el medio del bosque, el Alpha nos ordenó cazar más lican. Llevamos semanas en estas pruebas e incluso así la sangre recogida se acaba demasiado rápido.

Logramos acorralar a una pareja lican, su sangre nos durará al menos otra semana más y podremos extraer el gen que tanto necesitamos, o tomar  a la chica para engendrar una nueva vida, aunque este último proceso nos demoraría bastante. Pero aun así se necesitará más para el proyecto.

Uno de los nuevos humanos que hemos creado se pone intranquilo, eso significa que hay otro lican cerca, por lo que comienzo a buscar por todas partes con mis prismáticos y veo a un hombre.

Me parece conocido, así que me concentro más en la figura y para mi sorpresa, y deleite, es el alfa de la manada.

–Tranquilo, chico –digo tranquilizando al medio lobo que está muy inquieto.

Para que no alerte de nuestra ubicación, busco mi teléfono, dando gracias a Dios de que el Alpha le dijo que me obedeciera, si no, ya me encontraría muerto.

Llamo al Alpha, el cual coge al segundo timbre el teléfono.

–Espero que sean mejores noticias que las que me diste la semana pasada, porque si no....

–Alpha, hemos encontrado al alfa de la manada. –Y así interrumpo su amenaza, cuando le dejo saber sobre mi descubrimiento.

–Perfecto, maravilloso, no lo dejes escapar, su sangre es una de las más puras, nos podrá ayudar a completar el plan. No me vayas a fallar.

–Sí, señor.

Cuelgo rápidamente y llamo a los colegas que están en mi grupo y les paso las órdenes recibidas.

–El alpha quiere que lo atrapen, no podemos dejarlo escapar -les digo señalando las coordenadas exactas de donde está el objetivo.

Moviéndose con absoluto sigilo, ellos se van acercando mientras yo voy a por la camioneta que tiene los cuerpos que habíamos asegurado, para moverla hacia el punto designado para la recogida.

Me bajo del auto para poder ayudar con la recolección, apenas y puedo creer lo que mis ojos ven.

El alfa de los lican está destrozando a mis dos ayudantes y eso sin ni siquiera transformarse.

Sus garras están desgarrando el rostro y las extremidades de uno, mientras que el otro intenta dañarlo con sus golpes sin resultado. Este, cansado de no atinarle con sus golpes, saca un cuchillo y logra atinarle con gran fuerza en el brazo derecho, haciéndole un corte profundo al lican, desde el hombro hasta el antebrazo, que inmediatamente comienza sangrar a borbotones. Si los cambiantes no tuvieran una buena regeneración, esa herida haría que el hombre se desangrase hasta morir.

A pesar del corte, el lican segue luchando casi como si no le importara la herida. Logra cortar la garganta de su adversario antes de virarse hacia el que lo hirió, que ya ha puesto cierta distancia entre ellos al ver que el otro iba a morir.

Sin querer perder el tiempo, y a otro ayudante, y suponiendo que ya ha pedido refuerzos, toma una de las pistolas que estaban en la camioneta y rezando por poder atinarle, aprieta el gatillo dándole en el muslo derecho.
A pesar de haberle dado no sirve de nada, ha sido un dardo tranquilizador que solo logrará noquearlo por unos minutos, si acaso, el ruido habrá alertado a todos los demás licántropos de la zona. El ayudante que me queda aprovecha ese interludio para coger el cuerpo del que había muerto y escapar.

Cuando el ayudante casi llega a mi ubicación, mientras carga el cuerpo del caído, comienzan a llegar algunos refuerzos del otro bando. Con la camioneta ya encendida, se sube después de tirar el cuerpo en la parte trasera para no perder tiempo. Inmediatamente, comienzo a manejar.

Cuando estamos a gran distancia de las tierras de los lican, paro el camión y llamo al alpha.

–Dame buenas noticias.

–Tenemos una baja.

–Pero ¿tienes al sujeto?

–No, Alpha, no pudimos capturarlo.

–Panda de inútiles, no saben hacer nada bien.... Mierda, no vamos a arreglar nada ahora, ellos te seguirán hasta ahí, son buenos rastreadores, salgan del lugar ya, no podemos permitir más bajas, pero que sepan que serán castigados por fallar.

–Como ordene.