*Curiosidad*

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Dicen que la curiosidad mato al gato pero sí encuentras a alguien que es capaz de cambiar tu mundo que harías con tu curiosidad.

P.o.V Edward

Mi hembra, por fin, la estuve esperando mucho tiempo; tanto tiempo que llegué a creer que nunca llegaría a mí.

Nunca esperé que tan solo con olerla mi lobo interior gritase de felicidad, el muy jodido la había sentido primero que yo, ya estaba nervioso. La quise marcar, hacerla mi compañera al igual que él.

Cuando me dice su nombre, Celin, me acuerdo de haberlo oído, es el nombre de aquella mujer que envió la sociedad humana.

Tendría que tener cuidado, estamos en tiempos peligrosos, si a mí casi me capturan, imagínense a ella.

Levanto la cara y miro sus ojos, en solo segundos me cautiva y sé que estoy perdido. Los deseos de amarla y protegerla me desbordan, pues ella es mi única.

Y la protegeré, aunque la tenga que sacar de ese culto de loco, incluso si pertenece a él.

Estoy algo confundido también, huele un poco como las hembras de mi especie, pero la otra parte de ella es humana. Aunque solo estoy así unos segundos, me da igual, ya me ocuparé de saber todo de ella, ahora necesito mirarla, aprenderme de memoria las curvas de su cuerpo, los lugares secretos que a partir de hoy solo tocaré yo, porque es mía.

"Nuestra"

Mi lobo interrumpe mis pensamientos, dando a conocer su participación en esta relación.

"Maldito lobo, que no te bastó con formar un alboroto, quédate tranquilo, quiero admirarla."

Lo mando a callar y continúo admirándola.
Ella era tan pequeña, debe de medir como máximo un metro cincuenta, tiene el pelo negro en forma de cascada por la espalda y un cuerpo de hermosas curvas en los lugares correctos. Es diferente, normalmente nuestras hembras tienden a tener un cuerpo fibroso y delgado, pero mi humana está más rellenita; sus piernas son largas, casi parecen infinitas.

Me gusta que sea mandona, que no se deje apabullar por nadie; así debe ser mi luna.

"¡Joder! ella curándome y yo queriéndomela follar"

Reconozco que todos mis pensamientos son muy primitivos y salvajes, pero realmente no me da pena porque sé que nosotros somos así de posesivos con nuestras hembras, apasionados, y más cuando llevo buscándola durante tanto tiempo que estoy perdiendo la razón y apenas puedo pensar coherentemente ahora que la he encontrado y está aquí enfrente mío.

Pero debía frenarme, este no es el momento para eso, tengo que resolver el problema con ese culto para después hacerla mía ver más allá de las estrellas.

Que ella sea mi mate me traerá problemas con mi padre, porque mezclaré nuestra sangre con la de una humana, pero realmente no creo que sea un gran problema, él me comprenderá.

Que mi familia sea de sangre pura nos hace muy conocidos y respetados, pero no será la primera vez que nuestra sangre se mezcla.

Desde el día en que murió mi madre, mi padre se encerró en su posición de alpha, dando todo para cuidar de la manada, su familia, pero antes cuando mi madre vivía, nada era tan importante para él que ella, así que sé que me entenderá.

En realidad estoy muy agradecido con la Diosa Luna por ponerla en mi camino antes de  haberme dado por vencido en encontrarla.
Sé que llevo tiempo mirándola embobado y noto que ella se está preocupando, por lo que hablo para evitar sus disculpas.

–No debes disculparte nunca conmigo– digo interrumpiendo su disculpa con una sonrisa.

–No, sí que debería disculparme por ser tan dura –continúa pasando por alto mi comentario mientras revisa mi cabeza por alguna razón–. Estás herido, y a pesar de todo aquí estoy yo, riñéndote sin dejar que te expliques.

–Realmente no necesito una disculpa, y tranquila, ya estoy bien, me gustaría conocerte más, pero ahora necesito resolver unos asuntos. Pasaré mañana a recogerte. –Y sin esperar su respuesta me levanto y salgo de ahí.
"Mía, follar" Me dice mi lobo interior molesto por dejarla atrás.

"No, es nuestra, que ya se te olvidó cuando me lo estabas recalcando"

"No"

"Sé que estás molesto de dejarla, pero tenemos un deber ante la manada, debemos andar con cuidado y conocerla, aunque no creo que sea espía. Debemos estar atentos y cien por ciento seguros antes de cualquier cosa, ya no solo podemos pensar en nosotros dos, debemos tener en cuenta lo que la manada necesita"

Quiero lo mismo que él, verla a cuatro patas y muy abierta para mí, pero pronto sería alpha, y me prometí que no sería como mi padre mientras estuviera al frente de la manada.

Debía anteponer el bienestar de todos los miembros sobre el mío propio.
Sé que se quedó nerviosa y puede que también un poco enfadada porque pude oír cómo su corazón se aceleraba, también sé que ella siente la misma atracción que yo, lo puedo oler, pero ahora tengo cosas importantes que hacer y no me puedo permitir una distracción.

Rastreo a Morgan, pues necesito que primero se encargue de su seguridad antes de poder sentirme tranquilo y ocuparme de lo demás.

–¿Cómo te sientes? –En cuanto me ve esa es su primera pregunta.

–Estoy bien, pero olvídate de esto ahora. La doctora es mi mate, quiero que Marisa y Dylan sean su sombra, que no le pase nada.

–Felicidades, hijo, se cuánto la estuviste buscando, pero con respecto a su seguridad, si ella se da cuenta no le va a hacer gracia, pensará que la estamos controlando.

–No importa, necesito que esté protegida, las cosas están turbulentas. Este ataque fue obra del culto.

Todavía no estamos seguros de que ella no sea un espía. No quiero pensar que sea una infiltrada, joder, me rompería el corazón, pero es un riesgo que no podemos correr. Así que ahora dime todo lo que sabes de ella.

La Oscuridad De Tu Mirada#1.SagaOscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora