*Mi luna no es humana*

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Gracias lobitos por el apoyo.
P.o.V Edward

Mierda, siento como se sumerge en la oscuridad a pesar de estar en mis brazos. Mi lobo me arañaba queriendo sangre, pero ahora se ahoga en una profunda tristeza, me gruñía, no solo a mí sino también a la vida, veía rojo de un momento a otro y quería venganza. El sanador llegaba a mi posición y se ponía a mi lado.

–No se preocupe alpha, vivirá, solo fue algo superficial casi toca la vena principal pero no lo hizo, si el hombre quisiera matarla realmente, lo hubiera logrado.

Esas palabras llegaron como un profundo alivio, mi compañera estaba viva.

–Pero señor, lo mejor es que lleguemos rápido a casa ya comenzó su cambio.

–Cambio...¿explícame?

–Ella es mitad cambiante, a veces los medios licántropos se transforman en edades más tardes que los puros, es decir cuando cumplen edad madura de su parte humana y su compañera esta en ese momento, no siente su olor cambiando.

Volteo la cabeza olfateando el aire, es verdad que tiene un ligero cambio al ser muy sutil pensé que era por la preocupación u olor a muerte.

–Recojan todo, hasta los prisioneros. Morgan, te lo dejo todo a ti, me tengo que llevar a mi compañera a casa.

–¿Cómo?¿se muere?–veo la preocupación en su rostro, así que le respondo.

–No, solo que hay cosas que están cambiando.

La llevo en brazos hasta el auto, porque necesitaba sentir su calor, su vida, nada más de ponerla reposando en el auto con su cabeza en mi muslo ella abrió sus ojos. Intento hablar pero no la dejé colocando un beso en sus labios después la sentí hundirse en un sueño profundo nuevamente.

–No hables amor, todo saldrá bien descansa –más que para ella, me lo digo a mí mismo.

En apenas unas horas que me parecieron súper largas llegamos a la manada. Salí con ella en brazos y el médico detrás de mí, todos salieron y miraban a su luna.

–No se preocupen está bien, solo necesita descansar.

Entre a la casa dándole una patada a la puerta principal, de milagro no la rompí. Subí todas las escaleras hasta el segundo piso, rumbo a nuestro cuarto. La deposite en la cama sentiendo su piel caliente.

–Doctor, siento que su temperatura corporal es caliente como la de nosotros.

–Si alpha, eso muestra el inicio del cambio vaya a bañarse, lo necesitará fuerte para que soporte junto a ella el cambio, yo me quedo hasta que regrese.

Sin querer irme pero escuchando lo que decía el médico me gire hacia la puerta después de echarle un vistazo y comprobar que estaba bien. Salí del cuarto prefiriendo tomar una ducha en el cuarto de huéspedes para poder sentirla, me quite la ropa que en algún momento me puse al subir al auto y fui directo a la ducha.

Me quite todo el polvo, la desesperación, la preocupación hasta el dolor de no tenerla y de no saber dónde estaba la mujer que debía proteger con todo mí ser. A pesar de estar malhumorado estaba aliviado de que estuviera en casa y pronto en mis brazos.

Después de una hora entre en el cuarto de mi compañera limpio y alimentado, el médico ya se iba.

–Alpha, guíela en el cambio, por todo lo demás parece bien de salud.

Lo vi irse, tras de él cerré la puerta y me centré en el cambio de mi compañera, el toque de su piel todavía era caliente, pero respiraba y eso para mí era lo mejor.

Me subí a la cama y la retuve en mis brazos, pensando en que casi la pierdo y que eso no volvería a pasar.

La Oscuridad De Tu Mirada#1.SagaOscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora