Toda la auto determinación de Kendra colisiona con sus sentimientos cuando se ve envuelta en una espiral decadente de deseo, pasión y amor.
Ella esconde un lado que no puede mostrarle a cualquiera y aunque su vida parezca perfecta, no lo es.
Nunca h...
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...desde el momento en que existen diferencias en el éxito reproductivo de las distintas variantes genéticas, existe ya una selección natural. Por ejemplo, como se muestra en la imagen frente a ustedes, si los individuos más verdosos en una población de insectos sobre esa hoja, aportan tres descendientes a la siguiente generación mientras que los marrones solo aportan uno de uno, está habiendo una selección natural a favor de las verdes...
La voz del profesor explicando los procesos de la teoría de la selección natural de las especies me llevó a evocar algunos recuerdos.
Habían pasado dos semanas desde que desperté en los brazos de Ángel. Su cabello despeinado me hacía cosquillas y yo estaba completamente enganchada a su cuerpo desnudo.
Miré el reloj frente a la cama y eran casi las seis de la mañana.
Intenté levantarme y mi cuerpo rezongó.
Había pasado mucho tiempo desde que mi cuerpo no quedaba adolorido por una buena noche de sexo. Aunque lo cierto es que nunca pasaba la noche con nadie pues en cuanto terminaba con ellos, me vestía y desaparecía con cualquier pretexto.
A algunos, ni mi nombre les decía.
...las diferencias en el éxito reproductivo pueden ocurrir por diversas causas como la fertilidad, el riesgo de muerte por depredadores, atractivo sexual y la capacidad para explotar los recursos alimenticios...
La voz del profesor me estaba provocando dolor de cabeza y apenas era la primera clase.
Levanté la mano interrumpiéndolo.
—Profesor ¿Puedo ir a mi auto por un par de aspirinas?— Pregunté sin importarme las ricitas estúpidas que causaba el tema y ¡Aja! No tengo auto.
—Señorita Medina, solo salga, no tiene que interrumpirme. —
El profesor siguió hablando y yo salí del aula rápidamente.
Caminé por el pasillo hasta llegar al patio y dejé que el viento matinal me tocara la cara y luego corrí hasta el primer bote que encontré y vomité todo el maldito alcohol que bebí anoche.
No fue buena idea llegar directamente del club a la universidad. Necesitaba reponerme de la tremenda cruda que me estaba matando.
Mi teléfono comenzó a sonar y lo ignoré. Seguí caminando por el arco norte en sentido contrario al tráfico. En serio necesitaba respirar. Di varias vueltas antes de llegar a casa y me fui directo a mi habitación para poder dormir.
La voz de la mamá de Melina me despertó.
— Kendy ¿Estas bien? — Preguntó mientras me ponía el dorso de la mano en la frente.
— Sí, solo estoy cansada. — Me enderecé en la cama y vi que todo estaba demasiado oscuro.
