Estaba en mi habitación. Ya casi era media noche y yo no podía conciliar el sueño por estar rememorando una y otra vez ese extraño encuentro del quinto tipo.
Melina se había emocionado tanto por haber atinado, que corrió hasta Megan y le tendió la mano, presentándose con mucha algarabía. Luego me llamó para que me acercara y dudé un poco pues Sam se veía realmente incomoda. Aun así, me acerqué y le tendí la mano.
- Soy Kendra, es un placer conocerte. -
- A mí también me dio mucho placer conócete. - Dijo con su vocecita aniñada.
No pude evitar que una punzada de angustia me oprimiera el estómago. Cuando toqué su mano, la suavidad de su piel me trajo recuerdos morbosos y sentí un pulso de sudor por todo mi cuerpo.
- ¿Ustedes ya se conocían? - Preguntó Sam con una curiosidad insana reflejada en su rostro.
-Tenemos amigos en común. - Se me adelantó Megan y Sam me miró de manera extraña.
-¿Qué amigos? - Preguntó Melina.
-Probablemente no los ubiques. - Contestó rápidamente. -Bueno, te aviso en cuánto llegue a casa. ¿Nos vemos mañana para almorzar? - Preguntó Megan y Sam asintió, dándole un suave beso en los labios.
Samantha acompañó a Megan afuera y nosotras nos quedamos en el pasillo.
- ¡Te lo dije! - Gritó Melina dándome un manotazo en el brazo.
- ¿Y por eso me pegas? -
- ¡Te dije que tenía novio y que por eso andaba tan rara! - Melina seguía extasiada con el descubrimiento.
- Yo vi que era novia y no novio. -
- ¡Lo que sea! Yo tenía razón, se estaba cogiendo con alguien y era su amiga. -
- Y se te iba a ir la puta vida si no lo confirmabas Melina ¿Cierto? - La voz enojada de Sam nos llegó desde la planta baja.
-En mi defensa, solo puedo decir que me hace muy feliz que tengas a alguien que te quite el mal humor. - Melina y su imprudencia.
-A ti que carajo te importa mi buen o mal humor. Si tengo o no con quien desquitarlo, mientras pague mi renta a tiempo, no te debe importar. - Sam echaba humo por la nariz. Bueno, si fuera fisiológicamente posible, estoy segura de que así seria.
-Voy a tomar eso como que está hablando tu enojo. - Dijo Melina con calma.
- ¡Ya mejor cállate Melina. - Dije intentando mediar aquello.
- ¡Si idiota! ¡Ya mejor cállate! -
Sam paso en medio de las dos y el azotón en la puerta de su habitación dio por zanjada cualquier discusión.
- ¿Qué le pasa? - Me preguntó Melina con genuina ignorancia.
Trate de explicarle que no era justo haber irrumpido en la intimidad de Sam. Pero Melina parecía no entender el significado de "espacio personal" y honestamente no estaba de ánimos para explicárselo.
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TE DESEO A TI (CENSURADA)
RomansaToda la auto determinación de Kendra colisiona con sus sentimientos cuando se ve envuelta en una espiral decadente de deseo, pasión y amor. Ella esconde un lado que no puede mostrarle a cualquiera y aunque su vida parezca perfecta, no lo es. Nunca h...