VEINTIUNO

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Tomo las llaves de la mesita de centro, y salió de su casa

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Tomo las llaves de la mesita de centro, y salió de su casa.

Le había dado desayuno a su padre, y salió luego de ordenar un poco la casa.

Se puso su habitual mascarilla negra, y se dirigió a su instituto caminando. Recorrió un largo camino viendo los autos y edificaciones a sus lados.

Suspiro. Hoy era quince de noviembre. Es decir, su cumpleaños.

Su padre le había saludado ese día al despertar, que habia traído un pequeño dulce, que comió gustoso al desayunar.

Suponía que harían lo mismo que todos los años, regresarían a casa y comprarían un pequeño pastel.

Vio que ya estaba llegando al instituto, que estaba atestado de personas, y fue a su salón, las niñas allí le saludaron sonrojadas al verle y los muchachos le asintieron con la cabeza.

Se sentó en su asiento habitual al medio de la sala, y espero a que el profesor llegara. Un tedioso día le esperaba.

Pasaron los minutos y horas. Mitsuya le saludo y le deseo un muy lindo día.

A la hora de la salida, se dirigió al club de atletismo, en donde iba cada vez que podía.

Se vistió con el uniforme y calentó el cuerpo. Esperaba no quedar adolorido.

Estiro las piernas formadas y duras que tenía, y se agacho. Al levantarse vio que unas chicas del club le miraban fijamente.

Incómodo se alejó, y se puso al lado de un grupo de chicos. Siempre era lo mismo en el club. Y estaba pensando seriamente cambiarse a otro club, en el cual sabía que no se sentiría acosado, al de calculo.

Se podría decir que Ame es aplicado en las asignaturas científicas, le apasionan las matemáticas y las ciencias en general.

Deseaba convertirse en un profesional científico cuando ya salga de la universidad.

El entrenador les pidió que se posicionaran en la línea de partida, y que partieran a correr en cuanto sonara el silbato.

Así continuaron toda la tarde, sudando y estando incómodo por las miradas que le dirigían sus compañeros.

Al terminar, se dirigió a las duchas, y se metió en las que estaban más alejadas, no quería que le mirasen. Se limpió lo más rápido posible y se vistió luego de secarse completamente.

Tenia que apurarse, hoy empezaba a trabajar.

Llego a la entraba del instituto y vio a su amigo Eiji, el chico traía su habitual peinado errático, más errático del de Uteki debido a que él lo tenía más largo.

El más joven venía sentado en su habitual bicicleta, ya llevaba esperando unos diez minutos, pero no dijo nada, ya que sabía que Uteki salía tarde.

Silence || Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora