CAPITULO FINAL

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SPOILERS DEL CAPÍTULO 180 AL 200 DEL MANGA

Pasaron los días luego de la muerte de tres personas en aquel fatídico 22 de febrero, en donde se conmemoró el funeral de la menor de los Sano

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Pasaron los días luego de la muerte de tres personas en aquel fatídico 22 de febrero, en donde se conmemoró el funeral de la menor de los Sano.

El ambiente era triste y pesado, en cada una de las personas dentro de aquel lugar rodeaba en su corazón una haz de tristeza, algunos lloraban desconsolados por la pérdida de su amada, otros simplemente mantenían una expresión triste en su rostro.

Cada uno expresaba la pérdida de algún ser querido de distinta forma.

Aún así, la vida de las demás personas siguieron su rumbo. Cada quien por su lado y con sus objetivos.

Uteki era una de ellas. Recientemente había hablado y aclarado todo con su amigo Mikey, relato lo sucedido con su padre y la promesa que le había hecho.

En un principio, Mikey no entendía esa decisión, es decir, Uteki era feliz a su lado ¿no?, aunque luego de lo sucedido hace unos días y sobre la situación de Takemichi, ya poco a poco las cosas se iban acomodando en su lugar.

Luego de haberse reunido prácticamente todo ToMan, Mikey anunció que la Tokyo Manji se disolvia.

Esta noticia sorprendió a todo el mundo, estaban en lo más alto de la gloria, y era un poco, mucho, sorprendente la decisión del antiguo presidente de esta banda.

Uteki lloro en los brazos de Draken, sollozando palabras perdidas y sin sentido, el más alto abrazaba con fuerza al más pequeño, llorando en silencio y dándose apoyo mutuo.

A Sugawara le dolía en cierto modo, aunque claro, el se iba a retirar de la pandilla, pero que la banda entera se disolviera, le tocaba el corazón.

Le daba nostalgia por muchas razones, de las cuales, puede decirse que fue una de las mejores decisiones que ha tomado en la vida, la pandilla le abrió las puertas a muchas personas que jamás habría conocido en su vida.

Jamás habría conocido a gente como Eiji, Takemichi, Chifuyu y muchas más que han formado un lazo con él.

Y hablando de Eiji, el menor se acercó a donde estaban Draken y Uteki, con una cara de duda.

––Chicos, ¿qué sucede?

Uteki sorbio sus mocos, y miró incrédulo a su amigo, aún abrazando al tatuado.

—¿No escuchaste lo que dijo Mikey?

—Nop —negó con la cabeza con un puchero en sus labios —, tuve que ir al baño.

—Eres un idiota, Eiji —Uteki hizo un facepalm y Draken rió en voz baja —. La ToMan acaba de ser disuelta.

—No seas idiota, Uteki... a Mikey nunca se le ocurriría disolver la ToMan.

Silence || Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora