TREINTA Y CINCO

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SPOILERS DEL CAPITULO 127 AL 134 DEL MANGA

Pedaleo aún más fuerte mientras sentía como el aire de los pulmones se escapaba tras exhalar por la boca

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Pedaleo aún más fuerte mientras sentía como el aire de los pulmones se escapaba tras exhalar por la boca.

Sus piernas, manos y pecho ardían por el esfuerzo físico que estaba haciendo al andar en bicicleta.

Llevaba varios minutos buscando calle tras calle algún rastro de Takemichi o Chifuyu.

Tenia información que entregarles, y muy importante.

Siguió andando apresurado, hasta que les encontró en una calle vacía con dos motos estacionadas allí.

Se acercó a ellos rápidamente aunque algo confundido al no ver al par de gemelos teñidos.

- ¡Hey, chicos! - Les llamo a unos metros de distancia.

- Oh, es Eiji...

Bajo de la bicicleta mientras andaba aún, y se detuvo frente a aquellos dos rubios. A decir verdad, los tres tenían unas muy malas pintas después de recibir una paliza cada uno por su lado.

- Ya sé dónde es la guarida de Tenjiku... - hablo mientras se daba un descanso y respiro aire tratando de relajarse.

- Los gemelos fueron a eso ahora mismo...

- ¿de verdad?... - otra pausa entre respiraciones - bueno... creo que entre las filas de Tenjiku hay un--

Fue interrumpido al ver llegar al par de gemelos. Takemichi y Chifuyu le ignoraron olímpicamente, y se fueron sin antes de que Eiji les dijera que fueran a la casa de Uteki.

Volvió a subirse a la bicicleta hurtada, y anduvo tranquilamente por las calles del barrio hasta que llegó al callejón en donde la encontró, se bajó del asiento, dejándola en la pared afirmada.

Metió sus manos a los bolsillos delanteros de su pantalón, y camino en dirección al sector en donde vive su gran amigo.

Anduvo demasiado lento, tanto, que se demoró una hora en llegar, y para colmo, Chifuyu y Takemichi habían llegado casi a la par suya.

Subieron las escaleras externas de ese bloque de apartamentos, hasta llegar al segundo piso y dirigirse a la puerta de Uteki.

Tocaron el timbre allí, y esperaron a que el dueño de casa abra. Dicho y hecho, Uteki abrió la puerta vistiendo ropa de andar en casa junto con un delantal, e incluso, estaba sin su usual mascarilla negra.

Les hizo pasar y ellos, sin que el anfitrión les diga algo, se sacaron los zapatos, dejándolos allí en la entrada.

Ame les hizo sentarse en el sillón en la sala de estar, mientras que el iba a buscar el kit de primeros auxilios para curar sus heridas.

Llego con la cajita al salón, y escucho la conversación amena e infantil de los chicos a su alrededor.

Empezó con Chifuyu que era el que tenía al frente a sí derecha. Estuvo un rato afirmando su cara mientras pasaba un algodón con agua oxigenada, y poniendo parches en cortes superficiales.

Silence || Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora