O C H O

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Los días transcurrieron con aparente normalidad para BonHwa, esperar a Jungkook a que regresara de su trabajo, ver películas, estar en casa y tener un poco de paz después de mucho tiempo se había convertido en su rutina diaria

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Los días transcurrieron con aparente normalidad para BonHwa, esperar a Jungkook a que regresara de su trabajo, ver películas, estar en casa y tener un poco de paz después de mucho tiempo se había convertido en su rutina diaria. El chico le había comprado un teléfono para que pudiese comunicarse ante cualquier emergencia, y no sólo con él sino con SeokJin también. Ella se había aprendido su número de memoria y no dudó en llamarle una vez tuviera el aparato entre sus manos. Por alguna extraña razón, se alegró de que SeokJin le dijera que aquel oficial rubio que tanto le intrigaba estuviera a cargo de su caso, sentía alivio.

Buscó información acerca de Jimin pero no pudo obtener mucho, su vida era un misterio para los medios, no sabían nada de él ni de su familia, solo tenía claro que era uno de los detectives con más algo rango dentro de la policía coreana, suspiró y dejó su vaso de jugo a un lado para observar detenidamente una foto que encontró del joven. No podía despegar la vista de los ojos de Jimin, a su perspectiva eran cautivadores y profundos, aquel color miel captaba por completo su atención, además de que sonreía con perfección ante la cámara.

—¿Qué guardas tras esa sonrisa, detective? – BonHwa ladeó su cabeza – ¿Por qué finges ser feliz cuando tus ojos dicen lo contrario?

Las ruidosas llaves de Jungkook resonaron en la sala, haciendo que la chica desviara la mirada hacia el pelinegro sonriente frente a ella.

—¿Ya comiste? – ella negó – bien, entonces te invitaré unas deliciosas brochetas de cordero.

—Jungkook, aquí hay un poco de comida, estoy bien con eso.

—El doctor me pidió alimentarte bien, así que eso haré – ambos rieron – vamos.

Jungkook tomó de la mano a AeRin y colocándose sus zapatos salieron a comer a un restaurante cerca de su casa. Una tarde llena de risas, mucha comida y un poco de karaoke mejoraron el estado emocional de la chica, olvidando un poco lo misterioso que era Jimin para ella. La noche había caído sobre ellos y ambos caminaban tomados de las manos, respirando un poco del aire fresco que corría por el lugar, el silencio era cómodo y hacía sentir bien a ambos.

—Bon, ¿Te gustaría estudiar? – Jungkook notó como el brillo en los ojos de la chica denotaba  emoción – tengo un sueldo bastante estable como para pagarte una escuela.

—No tienes porque hacerlo – ella sonrió – estaré bien si tomo algún curso de algo.

—Por favor, déjame hacer eso por tí – él besó su mano – después de todo, no somos extraños.

—Te juro que...– la sonrisa que había en el rostro de BonHwa desapareció en cuanto vió a su padre caminar tambaleante hacia ellos. Tiró de la mano de Jungkook y comenzó a correr.

—BonHwa...– Jungkook corría tomado de la mano de ella confundido, se detuvo y le tomó con suavidad de los hombros – ¡BonHwa, escúchame!

—¡Él está ahí! – los ojos de la chica brillaban con la intención de llorar – mi padre está ahí.

Orbit » PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora