Jungkook se hallaba en su departamento, antes de llegar compró algunas cervezas y a éstas alturas del día ya estaba un poco ebrio. Reposaba su cuerpo en la cama de BonHwa, aspirando ese dulce aroma a jazmín que tanto lo enloquecía, suspiró y miró hacia el techo, cuestionándose si la decisión que había tomado aquella noche en Phoenix era la correcta.
El pelinegro se había escondido en cuanto empezaron a matar a sus amigos, notó como Taehyung corrió con ChungHa entre sus brazos y quiso seguirlo, pero al ver a JiHwan cerca de su escondite se quedó estático en su lugar. Tenía muchísimo miedo, lloraba al ver los cuerpos ensangrentados de Namjoon y RyuJin, así como también no podía olvidar la imagen del cuerpo de SeokJin sin cabeza frente a él. Abrazaba sus piernas con fuerza sollozando sin parar, pudo percibir a lo lejos el grito desgarrador de Jimin, suponiendo lo peor. No supo en que momento se había quedado dormido, pero cuando abrió los ojos ya era de noche y el humo salir de una parte de la aldea lo alertó. Algunos árboles estaba prendidos en llamas y él no quiso salir de su escondite, no obstante, una luz blanca frente a él le cegó por unos instantes. Para cuando abrió sus ojos de nuevo, una mujer de cabello blanco, de piel pálida y vestimenta negra apareció en su campo visual.
—¿Q-Quién eres? – Jungkook había comenzado a temblar de nuevo – ¿Vas a matarme?
—No estoy aquí para eso – la mujer sonrió con malicia – soy tu salvadora, Jeon Jungkook.
—¿Eres la diosa Luna?
—¿Pero que estás diciendo? – una mueca de asco se instaló en el rostro de la mujer – jamás sería como ella, yo soy algo mejor.
—¿Qué quieres de mí? – el pelinegro comenzaba a fastidiarse – no estoy para juegos y adivinanzas.
—Ambos compartimos algo en común, querido – comenzó a caminar alrededor de él – ambos deseábamos ser felices, ¿No es así?
La mente de Jungkook empezaba a volar a la velocidad de la luz y en sus pensamientos apareció BonHwa.
—Soy feliz...– la mujer negó con la cabeza, posando sus manos en los hombros del chico.
—Otra cosa en común que tenemos es que somos los ignorados, los olvidados, los más insignificantes dentro de ésta trágica historia de amor – ella rió – dime, ¿Quién le brindó seguridad a BonHwa cuando ese estúpido príncipe la abandonó?
—Y-Yo lo hice...– susurró Jungkook.
—¿Quién fue el alfa que la cuidó cuando recayó en su estado de salud? ¿Acaso fue Taehyung? ¿SeokJin? ¿Park Jimin?
—Yo hice todo eso.
—¿Y con qué te pagó? – se acercó a su oído – te pagó yéndose con el alfa que la abandonó, la hizo sufrir y que fue el culpable de su muerte.
—¿E-Está muerta? – Jungkook miró a la mujer con los ojos llorosos – ¿De verdad está muerta?
—Puedes comprobarlo por tí mismo – ella se hizo a un lado – ve.
Él se levantó y salió de su escondite con temor, pudo divisar muy a lo lejos el cuerpo totalmente inmóvil de BonHwa sobre un árbol sin un ápice de vida, cubrió su boca con una de sus manos y retrocedió unos cuantos pasos.
—Esto es real...– susurró para sí mismo.
—Mi tonta hermana decidió premiar al alfa inútil de Timoría dándole una segunda oportunidad para enmendar su error – chasqueó su boca – no creo que se lo merezca, ¿Tú crees que sí?
—Es que la profecía...– la mujer tomó de los hombros a Jungkook.
—¿A quién le importa ahora esa estúpida profecía? – sonrió nuevamente con malicia – ¿Quieres tener a tu lado a BonHwa?
—Lo deseo – Jungkook limpió las lágrimas de su rostro – quiero a BonHwa a mi lado, a cualquier costo.
—Eso es lo que quería escuchar – se alejó de él – ¿Estás dispuesto a servirme en lo que te pida?
—Si me aseguras una vida feliz con BonHwa, seré un fiel servidor tuyo.
—Dejaré intactos tus recuerdos para que puedas encontrarla – ella creó una bola mágica color púrpura para después lanzarla al pelinegro – te acompañaré hasta que hayas cumplido tu cometido y mis condiciones, ¿Quedó claro?
Él asintió, notó como la mujer estaba por irse, sin embargo, le tomó del hombro haciendo que detuviera su caminar.
—¿Podrías decirme quién eres?
—Soy Kyrell – ella sonrió – tu diosa Kyrell, tu salvadora.
Revolvió su cabello con frustración soltando algunas maldiciones, tomó una de las latas frente a él y la bebió de un sólo tajo. Su mente estaba revuelta, los celos se habían apoderado por completo de sus emociones haciéndole agresivo, su corazón latía desenfrenado cada vez que pensaba en BonHwa, sin embargo, tenía un profundo odio hacia el rubio, se estaba haciendo el amable y salvador con ella sabiendo que se comportó como un patán en su vida anterior.
—¿Problemas, Jungkook? – Kyrell apareció frente a él – vamos, díselo todo a tu diosa.
—Jamás me dijiste que Jimin sería un impedimento para que pudiera ser feliz con BonHwa – el chico le miró molesto – ¿Por qué no me lo dijiste?
—Bueno, cariño, no todo es tan fácil en ésta vida – sonreía con cinismo – algo tenías que descubrir por ti mismo.
—Vaya manera de descubrirlo – Jungkook suspiró – ¿Qué debería hacer ahora? BonHwa cree ciegamente en Jimin y yo soy el malo de la historia.
—Hazle recordar, pequeño Jeon – Kyrell notó como Jungkook fruncía el ceño – ponla en su contra, una manera fácil y sencilla de alejarla de él.
—¿Y si aún así no funciona?
Kyrell se acercó al rostro de Jungkook fijando su vista en los ojos de él.
—Entonces mátalo – sonrió – mata a Park Jimin.
Actualización porque mi mejor amiga no dejaba de molestar, si lees ésto, ya déjame en paz, maldita.
En fin, disfruten en capítulo, los amo mucho. ❤️
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Orbit » PJM
General FictionLa diosa luna no da segundas oportunidades, no obstante, decidió darle una nueva vida a Park Jimin para enmendar los errores del pasado. Los papeles se han invertido ahora y Bae BonHwa ya no es la misma de antes, sin embargo, el destino era el mismo...