La diosa luna no da segundas oportunidades, no obstante, decidió darle una nueva vida a Park Jimin para enmendar los errores del pasado.
Los papeles se han invertido ahora y Bae BonHwa ya no es la misma de antes, sin embargo, el destino era el mismo...
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—¿Qué testimonio dió la señora Bae?
—No quiso decir casi nada – Taehyung suspiró – sólo mencionó que antes de que su esposo se volviera drogadicto y golpeador era una buena persona. Confirmó que él trabajó para el grupo Fénix, pero que lo abandonó poco antes de que detuvieran a los hermanos Choi.
—Entonces, ¿Deberíamos detenerla? – Namjoon miró a Jimin – es cómplice de los movimientos del grupo.
—Por ahora, mantengámosla con un perfil, por lo menos hasta que tome el testimonio de BonHwa – Jimin despegó su vista de la computadora – ella es una pieza clave en este caso.
—¿Razón? – cuestionó Namjoon – hipotéticamente ella estaría a salvo ahora que su padre murió.
—HaNa en el interrogatorio fue muy clara – Taehyung le entregó un documento – quiere tomar venganza por haber matado a SeoHo, y no me sorprendería que se uniera a Fénix para tratar de llegar a ella.
—Pero, no lo entiendo, ¿Por qué tomaría represalias contra la persona que intentó salvarla de un hombre como SeoHo?
—En ella se aplica la frase “El amor es ciego” – Jimin siguió escribiendo en el aparato – su amor desmedido por SeoHo le hizo pensar eso, y no va a cambiarlo después de tantos años.
—Detective Park – Hoseok llegó haciendo una reverencia ante sus superiores – la joven Bae está en la sala de interrogatorios.
—En un momento iré – Jimin cerró su computadora, mirando a ambos chicos – por favor, no paren de investigar acerca del grupo Fénix.
—Cuenta con eso Jimin – Namjoon suspiró – Taehyung y yo nos encargaremos de lo necesario.
El rubio asintió emprendiendo camino hacia la sala de interrogatorios, no obstante, Taehyung sujetó su brazo con suavidad.
—Puedes hacerlo, Jimin – sonrió – confío en tí.
Retomó su camino hacia la sala, saludando en el proceso a algunos oficiales y agradeciéndoles por haberle ayudado en el operativo, al llegar a su destino tomó una gran bocanada de aire para después abrirla con cuidado, BonHwa alzó su vista y se acomodó en su lugar, abrazando la chaqueta que Jungkook le había dado minutos atrás. Aspiró el aroma del rubio, sintiéndose plena, desde niña tenía un gusto extraño por los aromas a jengibre y a jazmín, el cual era muy criticado por sus padres, pero comprendido por SeokJin y Jungkook. Ambos les regalaban perfumes, cremas e incluso velas aromáticas con esos olores. Jimin, por su parte, sintió su corazón latir con rapidez, cuando pudo percibir aquel viejo aroma a jazmín que tanto lo enloquecía, suspiró tomando asiento frente a ella mientras colocaba la grabadora de su teléfono en la mesa frente a él.
—Hola, BonHwa...– habló en voz baja el rubio – ¿Cómo te sientes?
—Un poco mejor, detective – ella se sentía pequeña frente al imponente hombre – Jungkook se ha encargado de tranquilizarme un poco
